DIGES ANTÓN, Manuel
[Guadalajara,
1864 - 7 de septiembre de 1922]
Manuel
Diges Antón nació en Guadalajara en 1864 y falleció en la misma ciudad el 7 de
septiembre de 1922. Formaba parte de una familia numerosa con sus hermanos
José, que se casó con Amparo López Moya, María, casada con Pedro Pérez Caja,
Cándido y Juan Diges Antón, uno de los más eruditos y activos defensores del
patrimonio artístico de la capital alcarreña de su tiempo. Contrajo matrimonio
con Encarnación López Moya, con la que no tuvo hijos.
Estudió
Magisterio en la Escuela Normal de Guadalajara, como sus hermanos José y Juan,
y en 1881 abrió su propio colegio de primera enseñanza, situado en el número 5
de la céntrica Plaza de Moreno, en el que ofrecía también clases de repaso de
algunas asignaturas de segunda enseñanza. Allí ejerció la docencia hasta que en
el verano de 1898 traspasó el centro educativo a Julián Jimeno Gargallo,
director de la Escuela Normal alcarreña.
A
partir de ese momento se dedicó a la administración de una fábrica de harinas
de propiedad familiar, bajo el nombre comercial de La Amparo, una panificadora
anexa y una vaquería, de las que también era propietario, además de disponer de
varias fincas agrarias. Esta ocupación le acarreó algunos problemas durante las
crisis de subsistencias, pues fue criticado públicamente por compatibilizar su
cargo de concejal con el de industrial harinero.
Tuvo
éxito en su nueva faceta profesional, como se demostró en la gran exposición de
ganados y maquinaria agrícola que se organizó en Madrid en mayo de 1907, en la
que el rey Alfonso XIII le hizo entrega de un premio por presentar al certamen
un magnífico ejemplar de vaca de raza holandesa, excepcionalmente dotada para
dar leche, que fue ensalzado por el jurado.
Además,
constituyó la empresa Diges, Núñez y
Compañía que en 1908 proporcionó por primera vez energía eléctrica a
Guadalajara con la potencia suficiente como para impulsar el desarrollo
industrial de la ciudad.
Su acción política
Reconocía
que era federal “desde que se anda solo”, y no le faltaba razón. Con solo
veinte años aparecía en la portada del diario federal madrileño La República a la cabeza de una lista de
“la juventud de Guadalajara” que aportaba dinero para una suscripción a favor
de las familias de dos oficiales del Ejército fusilados en Gerona por sumarse a
un pronunciamiento republicano.
Desde
entonces fue el representante de los republicanos de Guadalajara, y en especial
de los federales, en cuanta reunión se celebraba en el país. En 1896 se integró
en la llamada Asamblea Federal, una corriente a la izquierda del Partido
Republicano Federal que se opuso a Francisco Pi y Margall, y firmó como
delegado provincial, con Damián Castillo, el manifiesto en el que mostraban
públicamente sus discrepancias con el antiguo presidente de la República.
En
1903 representó al Comité de Fusión Republicana y a los concejales republicanos
de la capital alcarreña en la Asamblea Magna de Unión Republicana. También
acudió como delegado de Guadalajara a la Asamblea de Unión Republicana de junio
de 1907 y volvió a ser elegido en 1908 representante de Guadalajara en la Junta
Central del Bloque Republicano. Igual representación ostentó en la Asamblea de
Unión Republicana de 1911 y en la Conferencia republicana de enero de 1914. Y
todavía el 28 de enero de 1914 se celebró en Madrid una “conferencia de
partidos autónomos republicanos, para ver la manera de ponerse de acuerdo y
lograr la creación de un partido único”, a la que no concurrieron los radicales
de Alejandro Lerroux, y en la que Manuel Diges Antón fue elegido vicepresidente
de la Mesa que presidió las sesiones.
Esta
proyección nacional se basaba en un evidente liderazgo en la provincia
alcarreña y, sobre todo, en su capital, un bastión del republicanismo hispano.
Ya en 1893 fue nombrado secretario de la Unión Republicana provincial, una
alianza electoral conjunta de los republicanos para los comicios legislativos y
provinciales que se celebraron ese año. Poco después fue elegido para
integrarse en la Junta Directiva del Círculo Republicano de Guadalajara, junto
a personalidades como Manuel González Hierro, Miguel Mayoral Medina o Ángel
Campos García. Así que no es de extrañar que cuando el 19 de octubre de 1901 se
reunieron los republicanos de la capital provincial, eligiesen como presidente
de su comité a Manuel Diges. Esta jefatura era reconocida por las distintas
corrientes del republicanismo, como se puso de manifiesto en 1904 con la
elección de una nueva Junta Municipal Republicana, cuyo presidente honorario
era Nicolás Salmerón, y que estaba encabezada por Manuel Diges junto a Tiburcio
Montalvo, Lino Agustín, Benito Gutiérrez, Rafael Alba y José Pajares, que
pertenecían a diferentes sensibilidades antimonárquicas.
Incluso
cuando a partir de 1905 los republicanos de Guadalajara perdieron todo su
protagonismo político arrollados por el caciquismo liberal del conde de
Romanones, se podía leer en la prensa local que "los que
profesando ideas republicanas quieran inscribirse en el censo del partido,
pueden hacerlo en casa del secretario D. Tomás de la Rica, Barrionuevo baja,
Escuela laica. Aquellos otros que por circunstancias especiales no puedan o no
quieran figurar en el censo oficial, pueden inscribirse en el censo secreto, a
cuyo efecto se avistarán con el presidente del partido D. Manuel Diges".
Este
ascendiente político se cimentaba por su labor como concejal en el municipio
arriacense, que fue muy destacada, aunque no siempre fuese acertada. En el
verano de 1902 se opuso al liberal Miguel Fluiters cuando éste propuso que las
fiestas de la ciudad se trasladasen al mes de septiembre, pues al celebrarlas
en octubre, como era tradicional, se malograban muchos espectáculos y
actividades por las lluvias, mientras Manuel Diges defendía que se mantuviesen
las celebraciones en las fechas habituales. Otras fueron más acertadas, aunque
no pudiesen llevarse a la práctica, como su iniciativa para fundar una
biblioteca municipal.
De
las numerosas mociones de gran calado ideológico, destacamos la que presentó
para suprimir el impuesto de consumos, modificando en este sentido los
Presupuestos Generales del Estado, merma que se compensaría con una economía de
45 millones en los sueldos de la Casa Real, supresión de generales, catedrales,
obispados y arzobispados, de Delegaciones de Hacienda y empleos inútiles en un
40 por ciento y revisión de clases pasivas y de otros 45 millones elevando el
impuesto y utilidades de la Deuda y Renta pública, Bancos y Sociedades y
descubriendo la riqueza oculta; y para resarcir a los Ayuntamientos, elevar el
impuesto de Cédulas y recargos de contribuciones, erradicar en los presupuestos
municipales los gastos de festejos y suprimir las Diputaciones.
Su etapa en la alcaldía
Manuel
Diges mostró una temprana vocación municipal; en los comicios de 1891, los
primeros de la Restauración con sufragio universal masculino, se presentó como
candidato republicano por el Cuarto Distrito, pero los 64 votos obtenidos no
fueron suficientes para que entrase en el concejo arriacense y fue derrotado
por Benito Sáenz de Tejada y Santos Bozal Moreno.
No
volvió a concurrir hasta las elecciones municipales del año 1899, en las que se
presentaron en Guadalajara los candidatos republicanos José Adán, Severiano
Sardina, Lino Agustín, Félix Alvira, Rafael de la Rica, Manuel Diges y Ángel
Blanco, junto a los liberales Miguel Fluiters, Ezequiel Osona y Manuel de la
Vega y los conservadores Manuel María Vallés y Juan Miranda Olave. Los
republicanos obtuvieron una amplia victoria y se convirtieron en el grupo
municipal más numeroso del Ayuntamiento.
Sin
embargo, cuando en los primeros días de julio de 1899 se designó un nuevo
alcalde de Guadalajara, el cargo recayó en el liberal Lorenzo Vicenti Martín,
pues el nombramiento de los alcaldes era competencia del Consejo de Ministros y
no de los concejales electos. El cabeza de los republicanos, Manuel Diges Antón
fue nombrado primer teniente de alcalde y asumió otras responsabilidades como,
por ejemplo, presidir la Comisión Municipal de Instrucción Pública.
En
abril de 1901 la marquesa de Villamejor, madre del conde de Romanones, nombró a
Lorenzo Vicenti su apoderado general, por lo que él y su familia se prepararon
para trasladarse a Madrid. El alcalde no quiso renunciar a la alcaldía y
pretendió mantenerse en el cargo pidiendo sucesivas licencias temporales para
justificar sus dilatadas ausencias. En el mes de junio, el pleno municipal
arriacense concedió a Lorenzo Vicenti la licencia para trasladarse a Madrid y,
al no haber un cese explícito, asumió la alcaldía el primer teniente de alcalde.
Pero como la ausencia permanente del primer edil podía hacer ingobernable a la
ciudad, a principios de julio Vicenti presentó formalmente su dimisión, y
Manuel Diges pasó a ser alcalde de la capital alcarreña.
Que
un republicano federal alcanzase la alcaldía de una capital de provincias era
una singularidad que no podía durar mucho tiempo, sobre todo cuando faltaban
pocos meses para que Alfonso XIII, alcanzada la mayoría de edad, jurase la
Constitución y estrenase su reinado efectivo. Así que el gobierno decidió
reemplazar las seis concejalías vacantes por distintos motivos con ediles
nombrados directamente por el gobierno sin esperar a su elección popular en los
siguientes comicios.
Además,
para encubrir lo que era un pucherazo electoral en toda regla, se denunció que
se habían detectado diversas irregularidades en las obras de reforma de la Casa
Consistorial, unos trabajos que se prolongaban en el tiempo desde años atrás.
Acusando de mala administración, y sembrando la sombra de la duda de una
apropiación de los fondos municipales, se quería justificar y recabar el apoyo
popular a lo que sólo era una cacicada.
Manuel
Diges advirtió al gobernador civil que dos de los concejales interinos
nombrados estaban incapacitados legalmente para el cargo, pero desde el
Gobierno Civil se le obligó a ejecutar la orden de darles posesión, y así el 12
de septiembre el conservador Francisco Julianis fue nombrado nuevo alcalde de
Guadalajara por decisión gubernativa, con el apoyo de una mayoría artificial de
concejales, y se cesó a Manuel Diges. No por eso decreció el amplio apoyo
popular a los republicanos arriacenses, y todavía dos años después la prensa
afirmaba, con motivo de una asamblea federal: “Medio Guadalajara va á trasladarse á Madrid, con
su alcalde republicano Sr. Diges y el director de su periódico Sr. García
Molina-Martell honorable catedrático, á la cabeza, a una asamblea federal”.
Los
concejales republicanos sabotearon al nuevo ayuntamiento que un mes después no
había podido reunirse en pleno, convocado en dos ocasiones, por falta del
número mínimo de ediles asistentes. La denuncia que la mayoría republicana del
concejo arriacense hizo de la farsa municipal y la defensa de su línea de
actuación al frente del municipio, se recogieron en la prensa provincial, con
especial eco en El Republicano, y
llegaron a los medios periodísticos de ámbito nacional.
No
volvieron los republicanos a ocupar la alcaldía de Guadalajara hasta 1931;
solamente el médico y concejal republicano Rafael de la Rica Albo fue designado
alcalde accidental de Guadalajara en marzo de 1902 por concederse licencia por
enfermedad al titular, el también médico y antiguo concejal republicano José
López Cortijo, y estar ausente el primer teniente de alcalde, Manuel Diges
Antón.
Volvió
a presentarse, sin éxito, a las elecciones municipales de 1903, pero resultó de
nuevo elegido concejal de Guadalajara en las elecciones de 1909, en las que,
por primera vez, competía con candidatos obreros avalados por la Federación de
Sociedades Obreras alcarreña.
Su actividad social
Esta
constante labor política y económica se vio acompañada de una presencia social
muy destacada; Manuel Diges, y sus hermanos José y Juan, participaron en
incontables actos de la sociedad alcarreña de su tiempo. Fueron miembros
activos del Ateneo que, con distintos nombres, existió en Guadalajara durante
el último cuarto del siglo XIX, y él formó parte en varias ocasiones de su
Junta Directiva. Socio del Ateneo Instructivo del Obrero desde su fundación, en
el otoño de 1891 impartió allí su primera conferencia pública con el tema “Un
poco de Astronomía”, ciencia a la que era muy aficionado. En 1897 y 1898 fue
elegido vicepresidente de este Ateneo, que en esos años fue dirigido por varios
militantes republicanos como Anselmo Arenas, Tiburcio Fernández, Miguel Mayoral
Medina y otros. Al mismo tiempo, en los años 1895 y 1896, estuvo asociado, como
sus hermanos, en el Ateneo Escolar Caracense,
En
1899 se fundó en Guadalajara una Liga de Contribuyentes, inspirada en el
espíritu regeneracionista que se alimentó del desastre colonial de 1898, que
estaba constituida por “personas de gran
autoridad y prestigio que, dejando á un lado todo interés mezquino y sin más
norte que las conveniencias del país productor, [la] han dado vida”. Su
directiva reunía a Manuel Diges Antón con Clemente Alvira, Santos Bozal, José
María Solano, Ramón Villarino y José María Sanz. Y en
1908 fue vocal patronal de la Junta Local de Reformas Sociales.
Manuel
Diges también colaboró con la prensa alcarreña, aunque fuese ocasionalmente, y algunos
artículos suyos se publicaron en El
Ateneo Caracense o en La Alcarria
Ilustrada.
JUAN PABLO CALERO DELSO
JUAN PABLO CALERO DELSO
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