LANZA DOMÍNGUEZ, Luciano
[Alcocer,
6 de julio de 1807 / ]
Luciano
Lanza Domínguez nació el 6 de julio de 1807 en la villa de Alcocer del
Infantado, en la comarca de la Baja Alcarria, que entonces pertenecía a la
diócesis y provincia de Cuenca y que desde 1833 formó parte de la provincia de
Guadalajara.
Estudio
Derecho en la Universidad de Alcalá de Henares, obteniendo el grado de
Bachiller en Leyes el día 17 de mayo de 1826. Durante más de cinco años, hasta
el mes de junio de 1832, ejerció como pasante de Pedro Julián Ampériz, abogado
en la Corte, y al cumplir la edad preceptiva de 25 años solicitó el título que
le permitía ejercer como abogado ante los Reales Consejos, categoría que
obtuvo, después de superar el examen correspondiente, el 19 de septiembre de
1832.
Su entorno familiar
Era
el único hijo de José Lanza Martínez, que también había nacido en Alcocer y que
era hijo de Eugenio Lanza y de Josefa Martínez, y de Josefa Domínguez García,
hija de Ramón Domínguez y Gregoria García y también natural de Alcocer. Luciano
Lanza Domínguez estuvo casado con Ramona Boiteberg, que pertenecía a una de las
tres familias de tejedores holandeses de las Reales Fábricas que permanecieron
en Guadalajara tras el incumplimiento del contrato firmado con el barón de
RIpperdá, y tuvo cinco hijos, de los que José falleció en Guadalajara el 14 de
mayo de 1859, cuando contaba con diez años de edad, y Antonio murió el 9 de
febrero de 1875 con diecinueve años.
La
familia Lanza eran ricos labradores, que sin poseer una gran fortuna
disfrutaban de tierras propias de mediana extensión y de los medios necesarios
para trabajarlas. Una rama de la familia estaba asentada en Guadalajara y en el
siglo XVIII ejerció algunos cargos concejiles; así sabemos que Domingo Lanza
fue alcalde del común a partir de 1752 y Francisco Lanza Mayor fue Diputado del
Común en 1784. Pero a partir del siglo XIX se diluyó su influencia política,
aunque Joaquín Lanza aún fuese regidor de Guadalajara durante los primeros años
del nuevo siglo y llegase a formar parte del primer ayuntamiento constitucional
de la capital alcarreña.
Los
Lanza que vivían en Alcocer eran también ricos propietarios agrícolas, con
recursos suficientes como para enviar a Luciano a estudiar leyes en la
Universidad de Alcalá de Henares. Pero su patrimonio creció extraordinariamente
a partir de los procesos de Desamortización, en los que adquirieron diversos
bienes en Alcocer y en otros municipios de la provincia, como Iriepal. A partir
de 1840 Luciano Lanza se hizo con diversas fincas que procedían de los bienes
desamortizados del convento de Santa Clara de su pueblo natal, en algunas
ocasiones en lotes compartidos con Gregorio García Tabernero y con su hijo
Diego García Martínez, que también fueron diputados por el partido progresista
en diferentes legislaturas. En 1856 Luciano Lanza adquirió una tierra de labor
y un viñedo de una fanega de extensión y la redención de cuatro censos sobre
tierra, con un valor total de 1.675 reales, con motivo del nuevo proceso
desamortizador puesto en marcha por el ministro Pascual Madoz en 1855.
Su acción política
En
1832 declaró públicamente que ni siquiera durante el Trienio Liberal había
formado parte de ninguna de las asociaciones ciudadanas que se consideraban
instrumentos del liberalismo: Milicia Nacional, Sociedades Patrióticas, logias
secretas o clubes políticos, aunque no podemos dar mucho valor a esa
declaración, pues era un trámite obligado para ser habilitado como abogado ante
los Reales Consejos. En cualquier caso, Luciano Lanza se mostró muy pronto como
partidario del liberalismo y, particularmente, de la corriente progresista. El 22 de julio de 1834 se levantó en las proximidades del
Real Sitio de La Isabela una partida carlista y Luciano Lanza, comandante de la
Milicia de Alcocer, se lanzó en su persecución con una veintena de voluntarios
locales.
Como
los guerrilleros carlistas ocasionaron diversos daños en La Isabela, que era un
balneario del Patrimonio Real levantado por la reina Isabel de Braganza a
orillas del río Guadiela muy cerca de Sacedón, se abrió una causa en el juzgado
patrimonial contra los insurrectos y sus cómplices. Por Real Orden de 14 de
septiembre de 1834, se nombró a Luciano Lanza asesor sin sueldo de La Isabela
en esta causa. En 1851 solicitó ayuda para la instrucción de sus cinco hijos
por declararse carente de medios para criarlos y educarlos, alegando los años
que llevaba ejerciendo como asesor del balneario sin percibir remuneración
alguna. La reina Isabel II rechazó su petición y sólo aceptó que se le pagase
por los trabajos que desempeñase como asesor de La Isabela. Finalmente, con el
triunfo de la Revolución de septiembre de 1868, fue nombrado Abogado Consultor
del Real Sitio de La Isabela, con fecha del 16 de noviembre de ese año.
Mantuvo
una señalada actividad política y fue continua su presencia institucional
durante el reinado de Isabel II. En las elecciones del año 1837 obtuvo 55
votos, una cantidad insuficiente para hacerse con un escaño en el Senado, pero
en 1838 fue elegido diputado provincial por el partido judicial de Sacedón,
aunque en junio de ese año se vio forzado a renunciar al escaño por no cumplir
todos los requisitos necesarios. La elección para sustituirle fue tan enconada
que se establecieron nuevos pueblos para depositar los votos y el gobernador
civil, Pedro Gómez de la Serna, hizo pública una alocución “ante el abismo que
se abre a vuestros pies si fomentáis más esas funestas escisiones que dividen”
a los liberales del partido judicial de la Baja Alcarria. En 1838 volvió a ser
elegido como diputado provincial de Sacedón y, tras un largo paréntesis, cuando
el mes de julio de 1847 se celebraron nuevas elecciones a diputados
provinciales Luciano Lanza volvió a ser elegido diputado por el mismo partido
judicial de Sacedón, ocupando ese escaño sin interrupción hasta el año 1853.
En 1854,
al comienzo del Bienio Progresista, le encontramos entre los convocantes a una
reunión para elegir en Guadalajara una candidatura progresista para las Cortes
Constituyentes de ese año, junto a los líderes del liberalismo progresista.
Como resultado del enfrentamiento abierto entre esta candidatura unitaria y la
que avalaba Luis María Pastor Copo y José Manuel Collado, entonces ministro de
Hacienda, en octubre de ese año se le declaró cesante de su puesto de promotor fiscal
de Hacienda pública en la provincia de Guadalajara.
Encontró acomodo en la Diputación Provincial, aunque
no como diputado, y ejerció de Secretario interino en ausencia de su titular,
Casimiro López Chávarri. Sin embargo, en octubre de 1856, después del abrupto
final del gobierno del general Baldomero Espartero, presentó su dimisión cuando
los moderados se hicieron de nuevo con el poder.
Se
mantuvo leal a sus ideas durante los gobiernos de la Unión Liberal y de los
moderados y así formó parte del grupo dirigente que en Guadalajara había
preparado el cambio político y dirigía la provincia después de que Isabel II
fuese destronado en septiembre de 1868, como se puso de manifiesto cuando, con
motivo de las elecciones de enero de 1869 para las Cortes Constituyentes, se
presentó una candidatura unitaria de Concordia Liberal que fue avalada por
Luciano Lanza y los más destacados liberales de Guadalajara.
Elección y actividad parlamentaria
Durante
los primeros años del reinado de Isabel II actuó en varias ocasiones como
miembro de las juntas de escrutinio general de votos. En 1840 solicitó
personalmente la nulidad de varias actas electorales como comisionado de la
Junta de Escrutinio de Sigüenza; aunque sus reclamaciones no fueron atendidas y
el proceso se dio por válido, quedó la duda de que, de alguna manera, los
moderados se habían aprovechado de las dificultades provocadas por el final de
la Guerra Carlista, y la consiguiente desbandada de combatientes, para torcer
la voluntad del cuerpo electoral de Guadalajara.
En
las siguientes elecciones legislativas, celebradas en el mes de febrero de 1841
después de que el general Baldomero Espartero ocupase la Regencia, Luciano
Lanza fue elegido diputado por Guadalajara junto a los también progresistas
Esteban Peña y Ambrosio Tomás Lillo. Asistió por primera vez a las Cortes el
día 20 de mayo de 1841, y el 1 de junio juró su cargo y tomó asiento en el
Parlamento. Durante su estancia en el Congreso formó parte de las comisiones de
Presupuestos municipales, de Cotización de la deuda extranjera, de Traslación
de dominio y de Pensión a las viudas de conductores de Correos. Los libros de
actas recogen sus intervenciones parlamentarias sobre la Dotación de culto y
clero y sobre el Presupuesto y establecimiento de nuevas poblaciones.
JUAN PABLO CALERO DELSO
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