ROMERO SERRANO, Marina
[Madrid,
5 de febrero de 1908 / 15 de agosto de 2001]
Nació
en Madrid el 5 de febrero de 1908 y falleció en la misma ciudad el 15 de agosto
de 2001. Era hija de una familia burguesa y progresista, como lo demuestra que
fuese su padrino el doctor Luis Simarro Lacabra, considerado el introductor de
la Sicología en España.
El 2
de octubre de 1918 ingresó en el Instituto-Escuela de la Junta para Ampliación
de Estudios para cursar el Bachillerato, después de haber realizado sus
estudios primarios en la Residencia de Niñas, que también dependía de la JAE. A
causa de “su retraso” escolar, sus profesores la mantuvieron tres cursos en el
primer grado, por lo que no concluyó sus estudios de Bachillerato, en la
Sección de Ciencias, hasta el 18 de junio de 1926.
En
su primera juventud no encontró fácil acomodo para continuar sus estudios; se
preparó para presentarse a las oposiciones al Ministerio de Fomento y, parece
ser, que inició estudios de Medicina y de Filosofía y Letras en la Universidad
Central de Madrid, pero sin graduarse en ninguna de las dos Facultades. Lo que
sabemos con certeza es que obtuvo el título de maestra en la Escuela Normal de
Magisterio de Guadalajara, en la que se matriculó en 1929, estudiando en la
capital alcarreña.
Concluidos
con éxito sus estudios de Magisterio en Guadalajara, en 1932 ganó una beca en
el Wellesley College de Boston para proseguir sus estudios, para lo que
solicitó a la JAE una ayuda para sufragar los gastos de su viaje a Estados
Unidos; como le fue denegada tuvo que renunciar a su estancia en Norteamérica.
Dos años después, ocupando ya una plaza de profesora en la Sección Preparatoria
del Instituto-Escuela, ganó de nuevo una beca para ampliar estudios en Estados
Unidos, en esta ocasión en el Smith College de Northampton (Massachusetts), y volvió
a solicitar una ayuda para costearse el viaje, concepto por el que le fueron
entregadas 1.500 pesetas con cargo a los fondos del Patronato de Estudiantes de
la JAE.
Al
año siguiente, le fue concedida una nueva beca en el Mills College de Oakland
(California), aunque no pudo contar con la ayuda suplementaria que de nuevo
pidió a la JAE, y allí obtuvo el grado de Master of Arts. A causa de la Guerra
Civil española y de su fatal desenlace, Marina Romero Serrano no regresó a la
Península y permaneció en Estados Unidos ejerciendo desde 1938 como profesora
de Lengua y Literatura española en la Universidad de Rutgers (Nueva Jersey). En
tierras norteamericanas desarrolló con éxito la carrera docentel que había
comenzado en la provincia alcarreña, y fue directora de la Casa Española en el
Douglas College, que también formaba parte de la Universidad del Estado de
Nueva Jersey.
Aunque
en 1940, y tras el preceptivo expediente de depuración fue castigada con la
pérdida de todos sus derechos para ejercer la docencia en España, a finales de
la década de los años cincuenta volvió a pasar temporadas en su tierra natal,
hasta su regreso definitivo en 1970. En 1957 recibió un premio del Instituto
Nacional del Libro español por su obra Paisaje
y literatura de España, una antología de literatura de la generación del 98
ilustrada con sus propias fotografías y prologada por Julián Marías. Durante
esos años publicó, en ambas orillas del Atlántico, varios libros de poemas,
entre los que destacan Nostalgia del
mañana (1943) y Honda raíz
(1989), aunque a su regreso a España se dedicó sobre todo a la poesía y al
teatro para niños (Churrupete va a la
luna en busca de la fortuna). En 1982 se estrenó una Cantata Divertimento, con música del compositor Antón García Abril,
inspirada en su libro de poemas Alegrías.
La
Universidad Complutense le concedió en 1992 su Medalla de Honor y fue
presidenta de honor de la Liga Española Pro-Derechos Humanos. Feminista de
primera hora, fue amiga de otras mujeres adelantadas a su tiempo como las
pintoras Maruja Mallo y Delhy Tejero.
JUAN PABLO CALERO DELSO
Leo el libro de Tània Balló "las sinsombrero" y al ver el subtítulo: sin ellas, la historia no está completa no puedo dejar de recordar a mi admirada y afectuosa vecina Marina, la de los ojos llenos de mar, que venía por la librería y allí donde se la requería con una sonrisa y toda la vida en su menuda figura. Ana Hernández
ResponderEliminarBonitos los ojos llenos de mar y alegría... un precioso recuerdo de una mujer extraordinaria. Javier Campos Bueno
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