SOL Y ORTEGA, Juan
[Reus,
2 de diciembre de 1849 / Barcelona, 20 de agosto de 1913]
Juan
Sol y Ortega nació en la localidad tarraconense de Reus el día 2 de diciembre
de 1849 y falleció en Barcelona, a causa de un ataque al corazón, a las once y
media de la noche del 20 de agosto de 1913.
Después
de cursar los estudios de primera y segunda enseñanza, se matriculó en la
Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, donde alcanzó el grado de
Licenciado. Se inscribió en los Colegios de Abogados de Barcelona y de Madrid,
aunque el ejercicio de la abogacía nunca fue su principal ocupación; sin
embargo, actuó como letrado en algunos casos que tuvieron amplia repercusión
social, como la defensa de los anarquistas de Cullera en 1912, y perteneció a
la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.
Su acción política
Sintió temprana vocación por la acción política,
que siempre llevó a cabo en las filas del republicanismo. Durante la Restauración,
y desde un primer momento, militó en la corriente progresista que lideraba
Manuel Ruiz Zorrilla desde su exilio parisino, y formó parte de su Comité
Central. Ni el posterior acatamiento de la monarquía por algunos de sus
compañeros de partido, como Cristino Martos o José Canalejas, ni la deserción
de la facción posibilista de Emilio Castelar, que se integró en el Partido
Fusionista Liberal, consiguieron mermar su lealtad a la República.
Sol y
Ortega, en palabras de Tomás Maestre, “simboliza el clásico republicanismo
español; es el año 1873, que aspira, pertinaz e inflexible, a continuar la
Historia de España”. Por eso, no es de extrañar que mantuviese una marcada
independencia política, y que siempre fuese más leal al viejo ideario
republicano que a los grupos políticos en los que militó.
Afiliado
al Partido Republicano Progresista, después de la muerte de Ruiz Zorrilla no
dudó en incorporarse a Unión Republicana con Nicolás Salmerón, pero en 1907 se
mostró contrario a la integración en Solidaridad Catalana, una alianza de todas
las corrientes ideológicas que reconocían la personalidad política de Cataluña
y que abarcaba desde los carlistas hasta los republicanos federales. A pesar de
ser catalán y de que al bloque solidario se sumaron la mayoría de los
republicanos, Juan Sol y Ortega se adhirió al Partido Republicano Radical de
Alejandro Lerroux, enfrentándose a Nicolás Salmerón y a sus antiguos compañeros
de filas.
Participó
en distintas campañas políticas, en las que destacó como orador brillante y
polemista temible: en 1899 contra el gobierno de Francisco Silvela, después de
la pérdida de nuestra últimas colonias ultramarinas; en la primavera de 1909,
junto con Benito Pérez Galdós, denunciando irregularidades en la administración
del madrileño Canal de Isabel II en la llamada “campaña de la moralidad”; en el
otoño de ese mismo año, en la censura al gabinete de Antonio Maura por la
sangrienta represión de la Semana Trágica barcelonesa, encabezando en Madrid
una multitudinaria manifestación con Benito Pérez Galdós, Rodrigo Soriano y
Pablo Iglesias, que por primera vez concurría con los republicanos…
Precisamente,
la Audiencia Territorial de Barcelona emitió un suplicatorio al Senado para
juzgarle por la jurisdicción especial de guerra, por haber sido procesado en la
causa que se seguía por el incendio del colegio de los Padres Jesuitas en la
barcelonesa calle de Caspe durante la Semana Trágica, aunque poco después se le
eximió de toda responsabilidad y participación en los hechos. Y lo mismo
sucedió con dos procesos por delitos de opinión a raíz de sus palabras en un
mitin y en la prensa durante esas jornadas revolucionarias, investigaciones
judiciales de las que el diario ABC informó tendenciosamente para
desprestigiarle.
Su actividad parlamentaria
En la
Restauración, los grupos opuestos a la dinastía quedaron al margen de la
participación política hasta el año 1881, pero él casi desde el principio formó
parte de las instituciones monárquicas en representación de los republicanos
barceloneses. Fue elegido concejal del Ayuntamiento de la Ciudad Condal en 1885
y reelegido en 1896, y ocupó un escaño en el Congreso de los Diputados por esa
misma circunscripción en los comicios de 1893, 1898, 1899, 1907 y 1910.
Concurrió
por primera vez a las elecciones celebradas el 5 de marzo de 1893, resultando
elegido por un escaso margen de papeletas y sentándose en la Cámara Baja hasta
el final de la legislatura, en julio de 1895. Volvió a conseguir el acta en los
procesos electorales convocados para el 27 de marzo de 1898 y el 14 de abril de
1899, legislatura esta última que terminó el 24 de abril de 1901. En las
siguientes elecciones legislativas, celebradas en 1901 y 1903, fue derrotado
por la Lliga Regionalista y se quedó sin escaño.
El 5 de
mayo de 1907 fue elegido senador por la provincia de Guadalajara; su elección
fue resultado de un pacto entre las tres principales fuerzas políticas con
presencia en tierras alcarreñas, que se repartieron amistosamente los escaños.
Fueron elegidos el liberal Álvaro de Figueroa, que consiguió 407 votos; el
republicano Juan Sol y Ortega y el conservador José María Sanz Albornoz, que
obtuvieron 350 papeletas cada uno. Su elección, se debía tanto al amplio
respaldo electoral de los republicanos guadalajareños como a la necesidad de
Álvaro de Figueroa, conde de Romanones, de ganarse el apoyo de los republicanos
para salvaguardar la hegemonía política que disfrutaba en la provincia y que en
1907 se veía amenazada por el gobierno que presidía el conservador Antonio
Maura.
Al
margen de las circunstancias de su elección, Sol y Ortega se interesó realmente
por los problemas y las aspiraciones de los guadalajareños. En una ocasión hizo
de intermediario para que se aceptase por el gobierno una petición del cura
párroco de Tórtola y se le asignasen 5.000 pesetas para la reparación de la
iglesia del pueblo. Finalmente, sólo se consignaron 2.500 pesetas, pero hubo
muchos rumores y algunas críticas maledicentes hacia el párroco, por haber
solicitado la intermediación de un republicano.
Pero su
paso por la Cámara Alta se vio trastornado por la elección parcial que hubo que
convocar el 13 de diciembre de 1908 en el distrito de Barcelona a causa de
haberse cumplido el plazo reglamentario sin que presentase su credencial el
diputado electo Francesc Maciá Llusá, entonces teniente coronel del ejército y,
más tarde, primer presidente de la restaurada Generalitat de Catalunya.
Completado el nuevo proceso electoral, Juan Sol y Ortega ocupó el escaño en
disputa, debilitando de ese modo a Solidaridad Catalana que había ganado por
amplísima mayoría los comicios en abril de 1907. Se incorporó al Congreso el 16
de febrero de 1909 y permaneció en su puesto hasta el cierre de la legislatura,
en abril de 1910. En las elecciones celebradas en mayo de ese año ganó tres
actas de diputado, por los distritos de Barcelona, Santa Cruz de Tenerife y
Málaga. En el sorteo celebrado en la Cámara Baja, le correspondió la
representación por la ciudad de Málaga, siendo sustituido en el escaño de la
ciudad canaria por Alfredo Vicenti Rey.
En el
momento de su muerte era diputado por Málaga y aunque para ABC, según publicó al dar la noticia de su fallecimiento, era “una
de las personalidades más salientes de la extrema izquierda española”, esta
adscripción tan inexacta como gratuita decía más de la posición política del
diario monárquico que del ideario del Juan Sol y Ortega.
Después
de su muerte, se puso su nombre a algunas calles de ciudades catalanas, como
por ejemplo Cornellá de Llobregat.
JUAN PABLO CALERO DELSO
Interesante. En Santa Cruz de Tenerife también se le puso una calle y muy céntrica la cual duró sólo un par de décadas. Estoy buscando si hizo algo por esta ciudad pero no veo nada
ResponderEliminarEn San Cristóbal de La Laguna tiene una calle muy céntrica a su nombre.Descozco el motivo.Salvo que fue diputado por la provincia de Santa Cruz de Tenerife.
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