MARTÍNEZ SANCHO,
María del Carmen
[Toledo,
8 de julio de 1901 / Sevilla, 1995]
Nació
en la ciudad de Toledo el 8 de julio de 1901 y falleció en Sevilla en 1995.
Vino al mundo en la capital toledana pues ese era entonces el destino de su
padre, el funcionario madrileño José Martínez Simarro, que era ayudante de
Obras Públicas. Su madre, Emilia Sancho Lahoz, había nacido en el pueblo
turolense de Aliaga, y el matrimonio tuvo, además de algunos hijos varones, dos
hijas: María del Carmen y María del Pilar, que nació en Monzón el 2 de
noviembre de 1907 y que fue licenciada en Ciencias Físicas y Químicas.
Contrajo
matrimonio con el profesor Alberto Meléndez.
Después
de completar los estudios primarios, que ella no cursó en la Institución Libre
de Enseñanza como sus hermanos, se matriculó en el Instituto Cardenal Cisneros
de Madrid para estudiar el Bachillerato, alcanzado el título en 1918. Ingresó
en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Madrid, y en su primer
curso, común a todas las ramas, tuvo como profesores a los matemáticos Cecilio
Jiménez Rueda, que impartía Geometría Métrica, y Julio Rey Pastor, que
explicaba Análisis Matemático; bajo su influencia, orientó su inquietud
científica hacia el estudio de las Ciencias Exactas.
Precisamente
por instigación del profesor Rey Pastor, colaboró con el Laboratorio y el
Seminario Matemático universitario, junto con notables investigadores como
Pedro Puig Adam, Fernando Lorente de No, Tomás Rodríguez Bachiller y Ángel
Saldaña. En la Memoria trienal que este centro entregó en 1925 a la Junta para
la Ampliación de Estudios ya se recogía su aportación a las actividades
científicas realizadas en los cursos anteriores.
El
28 de enero de 1924 obtuvo la licenciatura en Matemáticas y dieron comienzo sus
estudios de Doctorado bajo el magisterio de José María Plans Freire. En 1928
fue la primera española que alcanzaba el grado de Doctora en Matemáticas con
una tesis, que fue Premio Extraordinario ese año, sobre “Contribución al
estudio de los espacios normales de Bianchi”. Además, desde 1925 formó parte de
la Sociedad Matemática Española, de la que fue vocal en su Junta Directiva en
1927, y formó parte del comité de redacción de la Revista Matemática Hispano-Americana.
A
partir del año 1922, aunque lo solicitó sin éxito por primera vez en 1920,
asistió a los cursos de Magisterio Secundario del Instituto-Escuela de Madrid,
una actividad dedicada a formar a los futuros profesores de Bachillerato.
Preparó con éxito las oposiciones y en junio de 1928, una vez terminada su tesis
doctoral, ganaba por oposición la Cátedra de Matemáticas en el Instituto de
Ferrol. Fue la primera catedrática de Matemáticas y la quinta mujer que accedió al escalafón de profesores de Instituto, por lo que el Lyceum Club femenino de Madrid organizó en mayo de 1928 un té en su honor al que asistieron distintas personalidades.
Al año siguiente, se trasladó al Instituto Femenino Infanta Beatriz de Madrid, un centro de nueva apertura en el que se favorecía la incorporación del profesorado femenino, y para el que fue nombrada por una Real Orden del 18 de enero de 1930. Desde su nuevo destino solicitó por primera vez una beca de la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE), que no se le concedió. Sin embargo, obtuvo del Ministerio de Instrucción dos meses de licencia para viajar a Alemania con un grupo de quince alumnos del Instiuto-Escuela con el fin de visitar los centros fabriles del país.
Al año siguiente, se trasladó al Instituto Femenino Infanta Beatriz de Madrid, un centro de nueva apertura en el que se favorecía la incorporación del profesorado femenino, y para el que fue nombrada por una Real Orden del 18 de enero de 1930. Desde su nuevo destino solicitó por primera vez una beca de la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE), que no se le concedió. Sin embargo, obtuvo del Ministerio de Instrucción dos meses de licencia para viajar a Alemania con un grupo de quince alumnos del Instiuto-Escuela con el fin de visitar los centros fabriles del país.
El
30 de abril de 1930 el catedrático de Matemáticas del Instituto de Guadalajara,
José Antonio Sánchez Pérez, se trasladó al Instituto-Escuela de Madrid, al
mismo tiempo que los profesores de Agricultura, Luis Crespí Jaume, y de
Filosofía, Martín Navarro Flores, del mismo centro educativo alcarreño. Ocupó
esta plaza vacante la profesora María del Carmen Martínez Sancho, hasta que el
20 de julio de 1931 cesó en su Cátedra de matemáticas del Instituto de
Guadalajara por permuta con el profesor Joaquín García Rua del Instituto de Ciudad Real, aunque no debió de
incorporarse a la ciudad manchega por haber empezado a disfrutar una beca de la
JAE. Se convirtió así en la primera mujer que perteneció al claustro de
profesores del Instituto de segunda enseñanza de Guadalajara.
En
1932, de vuelta de su estancia en Alemania, se incorporó al cuadro de
profesores del Instituto-Escuela de Sevilla, donde también dirigía su
Residencia de Estudiantes. Al comenzar la Guerra Civil, este centro educativo,
como todo lo que estaba inspirado en la Institución Libre de Enseñanza, fue
clausurado. Después del preceptivo expediente de depuración, no fue separada de
la docencia y se le reconoció el puesto como catedrática de sexta categoría con
un sueldo anual de 12.000 pesetas, según se dice por gozar de la protección de Manuel Lora Tamayo, que había sido su alumno. Así, la profesora Martínez Sancho pudo
seguir impartiendo clases desde 1938, pero en el Instituto Femenino Murillo de
la capital hispalense, hasta el año 1974 que se retiró definitivamente de la
docencia. El Ayuntamiento sevillano puso su nombre a una calle de la ciudad.
JUAN PABLO CALERO DELSO
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