RODRÍGUEZ DE JUAN, Miguel
[Santiz,
25 de noviembre de 1852 / ]
Miguel Rodríguez de Juan nació
en la localidad salmantina de Santiz, limítrofe con la provincia de Zamora, el
día 25 de noviembre de 1852, y contrajo matrimonio en esa misma provincia.
Se
trasladó a Madrid, residiendo en el número 7 de la Travesía del Reloj, para
cursar estudios universitarios, alcanzando en 1882 la licenciatura en Filosofía
y Letras. Al año siguiente obtuvo los títulos de Doctor en esa misma Facultad,
con una tesis titulada Exposición
crítica del sistema filosófico de Kant, Schelling y Hegel, y de licenciado en Derecho por la Universidad Central de
Madrid.
Su carrera docente
En 1882
se presentó a las oposiciones para las cátedras de Psicología y de Retórica y
Poética en el Instituto de Segunda Enseñanza de San Juan de Puerto Rico, sin
conseguir ninguna de las plazas a que aspiraba y quedando en sexto lugar, sobre
diez opositores, en la segunda de las cátedras. En 1883 fue nombrado Profesor
auxiliar en el Instituto de segunda enseñanza de Oviedo y en 1890 ganó, por oposición, la Cátedra de
Latín del Instituto de Baeza, ocupando la misma plaza en el de Cabra y, a
partir de septiembre de 1891, en el de Guadalajara, ciudad en la que estableció
su residencia, primero en el número 3 de la calle de San Sebastián y luego en el número
8 de la Cuesta de San Miguel. En la capital alcarreña fracasó en su intento de
ocupar la Cátedra de Lengua y Literatura Española, a cuya oposición se presentó
en el año 1900, pero desde 1902 se ocupó de la cátedra de Psicología, Lógica, Ética y rudimentos de Derecho.
En 1896 fue nombrado director del Instituto
alcarreño como pago por el nuevo gabinete conservador del apoyo electoral de
los carlistas alcarreños a su partido en los recientes comicios, como fue denunciado públicamente en la prensa local.
Tradicionalista militante, aprovechó este nombramiento para obtener ventaja en sus rivalidades
políticas y expulsó de las dependencias que ocupaba en el Instituto al Ateneo Caracense, forzando así la
desaparición de tan meritoria institución, que recogía más de medio siglo de herencia cultural ateneísta en la ciudad. Durante su mandato fue muy
contestado en la prensa provincial por su falta de celo en el control de los
profesores a su cargo y fue reprendido por el rector de la Universidad de
Madrid por su arbitraria adjudicación de cátedras. En junio de 1897, con la
vuelta de los liberales al gobierno, fue cesado de su cargo, siendo sustituido
por el catedrático Ignacio Arévalo, una destitución a la que se resistió el
profesor Rodríguez de Juan, enfrentándose hasta tal extremo con sus compañeros
del claustro que fue suspendido temporalmente en sus funciones al comenzar el
curso 1897-1898.
Al
finalizar el curso de 1901-1902 se forzó la dimisión del director del Instituto
de Bachillerato arriacense, Luis Catalá, que se había ganado la firme oposición
de la mayoría del claustro. Por unanimidad, los profesores acordaron proponer
al Ministerio a Miguel Rodríguez de Juan como nuevo director, completando la
terna preceptiva los profesores Juan Prat y Gabriel María Vergara. A pesar de
sus antecedentes, el conde de Romanones, por entonces ministro de Instrucción
Pública, le nombró de nuevo director del centro escolar. En esta ocasión, tampoco desmintió la fama que le acompañaba, y se
enfrentó con la Escuela Normal de Maestras
por su afán intervencionista. También hay que reconocer que impidió que el desescombro de la iglesia del
convento de la Piedad, sede del Instituto, arruinase irreversiblemente el
templo y se perdiesen los restos de su fundadora, Doña Brianda de Mendoza. Se
jubiló el 26 de septiembre de 1922.
En noviembre de 1911 solicitó a la Junta para la
Ampliación de Estudios que, temporalmente, se le pensionase o que se le
trasladase a un centro docente de Madrid con el objeto de completar los
estudios que llevaba tiempo realizando sobre “Psicología anormal ante el
Derecho Penal”, pues no encontraba en Guadalajara el material bibliográfico
imprescindible para concluir sus trabajos. La pensión le fue denegada por la
JAE en julio de 1912.
Abogado en ejercicio, en 1898 fue elegido Decano del
Colegio de Abogados de Guadalajara, completando su Junta Directiva Juan
Carrasco, Emilio García de la Peña, Juan Zabía y Tomás Bravo Lecea. Aunque era
un hombre leyes, tenía un carácter hosco, y se enfrentó repetidamente dentro y
fuera de los tribunales con aquellos que le criticaban y ofendían. Así ocurrió
en 1896 con Flores y Abejas y en 1899
con Santos Bozal Moreno, director de La
Crónica, además de defender en cuatro ocasiones a Manuel de Vega Lanseros,
propietario y director del regeneracionista y un
tanto sensacionalista La Voz de España, que fue procesado reiteradamente por su
actividad periodística.
Su
actividad política
Destacado militante del carlismo provincial, desde
1895 formó parte de su Junta Provincial y en 1899 se presentó como candidato al
ayuntamiento de Guadalajara, sin conseguir ser elegido. También se
presentó candidato en las elecciones a diputados provinciales por el distrito
de Brihuega-Cifuentes, obteniendo sólo 389 votos, mientras que el candidato más
votado, el liberal Ricardo Martínez, consiguió reunir 5.911 sufragios. En tierras alcarreñas dirigió dos periódicos de orientación
carlista: El Padre Arriaco, un
trasunto de El Padre Cobos que sólo
sacó dos números en 1896, y La Verdad,
que se publicó semanalmente entre el 1 de enero de 1899 y el 17 de enero de
1900 y que tomaba la cabecera del semanario republicano homónimo de 1880 y que
le llevó a pleitear con Santos Bozal, director del semanario liberal La Crónica.
También
publicó dos libros: en 1885, y en la Imprenta de Pando en Oviedo, editó su
tesis doctoral Ensayo crítico sobre los sistemas filosóficos de Kant, Fichte, Schelling
y Hegel, y en la Imprenta de
la Diputación Provincial en 1898 sus Elementos
de Psicología, Lógica y Filosofía moral.
Por
su ambición de volver a la dirección del Instituto de Bachillerato, se alejó
del carlismo militante y se aproximó a la órbita del conde de Romanones. Desde Flores y Abejas se burlaban de su afán
de congraciarse con el cacique liberal de la provincia: “Un carlista pelícano /
a un conde muy cazador, / ahora le BLM / con verdadero fervor. / Lector, por
más que te asombres / compadece tanto afán: / ¡qué cosas hacen los hombres /
por un pedazo de pan! En enero de 1917 formó parte como vocal de la Junta
Directiva de la Sociedad para el estudio del niño, una organización que nacía como
consecuencia de las charlas de pedagogía experimental que se habían impartido
pocos meses atrás en Guadalajara bajo la organización del profesor Alberto
Blanco Roldán, y que presidía el conde de Romanones.
Fue académico correspondiente de la Real Academia de
la Historia y vocal de la Comisión Provincial de Monumentos.
En 1902 se le concedió el honor de nombrarle Comendador de la Orden de Alfonso
XII.
JUAN PABLO CALERO DELSO
JUAN PABLO CALERO DELSO
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