RUIZ MORENO, Ligorio
[Guadalajara,
1864 / ]
Ligorio
Ruiz nació en la ciudad de Guadalajara en 1864; era hijo de Crispina Moreno, que
falleció el 8 de abril de 1907, y contrajo matrimonio con Matilde Díaz Pascual, que falleció
el 23 de mayo de 1907 dejándole viudo y con la que no tuvo hijos. Al menos tuvo un hermano, Ramón, que fue
redactor del diario carlista madrileño El
Correo Español, después de haber publicado sus primeros artículos en el periódico ¡Miel de la Alcarria! de Guadalajara, que llegó a dirigir.
Se
instruyó en el oficio de tipógrafo en la Imprenta Provincial, donde, siendo aún muy
joven, entró como aprendiz y allí permaneció hasta que en 1899 la Diputación
Provincial decidió restringir la actividad de su establecimiento tipográfico
para favorecer la iniciativa empresarial privada; Ligorio Ruiz abandonó
entonces su empleo en la Imprenta de la corporación provincial y
el 2 de agosto de ese mismo año abrió una tienda de papelería y objetos de
escritorio en el número 11 de la Calle Mayor Alta llamada El Diamante, que
hacía trabajos de impresión con una minerva y que también se ofrecía como agencia de suscripciones para publicaciones periódicas y, con el tiempo, como punto de venta de tarjetas postales con vistas de la ciudad.
Una vez convertido en empresario, y olvidando su dura etapa de aprendiz en la Imprenta Provincial, en el año 1903 solicitó al municipio alcarreño, con su amigo y antiguo correligionario socialista Enrique Burgos Boldova, que se regulase la venta de confeti en fiestas y Carnavales, pues algunos niños de familias humildes recogían el caído en el suelo y lo revendían para ganarse el sustento, disminuyendo las ventas de sus establecimientos. A cambio, no tenía inconveniente en participar en la suscripción local en favor de los Batallones Infantiles, una iniciativa muy criticada desde sectores progresistas y desde distintos ámbitos pedagógicos.
A pesar de las prometedoras perspectivas con que abrió su tienda, no tuvo demasiado éxito en los negocios y se vio obligado a compaginar la dedicación a su establecimiento y emprender distintas actividades comerciales; por ejemplo, entre 1895 y 1902 fue administrador del patrimonio del conde de Ribera y también actuó como administrador de fincas. Finalmente, no tuvo más remedio que echar el cierre a El Diamante y así entró a trabajar como empleado en la Administración de Impuestos y Arbitrios del Ayuntamiento de Guadalajara; en julio de 1915 fue nombrado auxiliar y en marzo de 1920 ascendió a Inspector segundo de arbitrios municipales.
Una vez convertido en empresario, y olvidando su dura etapa de aprendiz en la Imprenta Provincial, en el año 1903 solicitó al municipio alcarreño, con su amigo y antiguo correligionario socialista Enrique Burgos Boldova, que se regulase la venta de confeti en fiestas y Carnavales, pues algunos niños de familias humildes recogían el caído en el suelo y lo revendían para ganarse el sustento, disminuyendo las ventas de sus establecimientos. A cambio, no tenía inconveniente en participar en la suscripción local en favor de los Batallones Infantiles, una iniciativa muy criticada desde sectores progresistas y desde distintos ámbitos pedagógicos.
A pesar de las prometedoras perspectivas con que abrió su tienda, no tuvo demasiado éxito en los negocios y se vio obligado a compaginar la dedicación a su establecimiento y emprender distintas actividades comerciales; por ejemplo, entre 1895 y 1902 fue administrador del patrimonio del conde de Ribera y también actuó como administrador de fincas. Finalmente, no tuvo más remedio que echar el cierre a El Diamante y así entró a trabajar como empleado en la Administración de Impuestos y Arbitrios del Ayuntamiento de Guadalajara; en julio de 1915 fue nombrado auxiliar y en marzo de 1920 ascendió a Inspector segundo de arbitrios municipales.
Durante su estancia en la Imprenta Provincial, primero como aprendiz y luego como oficial cajista, se vinculó al núcleo marxista alcarreño. Así que cuando en 1882 los tipógrafos arriacenses constituyeron la sección local de
la Federación Tipográfica, germen de lo que sería seis años después la Unión General de Trabajadores,
Ligorio Ruiz Moreno fue elegido primer Secretario de su Junta Directiva, junto a Tomás
Gómez, que ocupaba la presidencia, y a Julián Fernández Alonso, que era el tesorero. Aunque durante varios años permaneció en las filas socialistas, sin
embargo, y como la mayoría de sus compañeros alcarreños de primera hora, abandonó el PSOE y
evolucionó hacia posiciones políticas y sociales más conservadoras.
Lo demuestra su incorporación a la primera comisión gestora de la Federación de Gremios, establecida el 2 de abril de 1900 por iniciativa de Manuel de Vega Lanseros con el propósito de sumarse a las iniciativas regeneracionistas de la Unión Nacional de Joaquín Costa, Santiago Alba y Basilio Paraíso. Como empresario, en el año 1910 formó parte de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Guadalajara y también perteneció a la Junta Directiva del Casino de Guadalajara, las dos instituciones más significativas de la burguesía arriacense.
Lo demuestra su incorporación a la primera comisión gestora de la Federación de Gremios, establecida el 2 de abril de 1900 por iniciativa de Manuel de Vega Lanseros con el propósito de sumarse a las iniciativas regeneracionistas de la Unión Nacional de Joaquín Costa, Santiago Alba y Basilio Paraíso. Como empresario, en el año 1910 formó parte de la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Guadalajara y también perteneció a la Junta Directiva del Casino de Guadalajara, las dos instituciones más significativas de la burguesía arriacense.
JUAN
PABLO CALERO DELSO
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