MONTESORO MORENO, Joaquín
[Tartanedo,
5 de junio de 1780 / ]
Joaquín
Montesoro Moreno Malo de Molina Crespo, nació el 5 de junio de 1780 en
Tartanedo, localidad del Señorío de Molina que en 1833 quedó incorporada a la
provincia de Guadalajara.
Su entorno familiar
Eran
sus padres Carlos Montesoro Malo de Molina, nacido en Madrid el 4 de octubre de
1743, y Antonia Moreno y Crespo, nacida en Tortuera (Guadalajara) el 7 de julio
de 1756. Tuvieron tres hijos: Joaquín, Manuel, oficial del Ejército, y Josefa.
Carlos Montesoro Malo de Molina era regidor perpetuo del Ayuntamiento de Molina
de Aragón pues la familia Montesoro, aunque de origen italiano, llevaba
asentada en el Señorío molinés desde el siglo XV y pertenecían al estamento
nobiliario. En el siglo XVIII recibieron la herencia de los Rivas, una de las
familias principales de Molina de Aragón y su comarca.
En
1796 marchó a Alcalá de Henares para cursar estudios en la Academia de Santa
María de Jesús de la Universidad de la ciudad complutense. De vuelta al Señorío
molinés, desde los primeros años del siglo XIX se convirtió en una personalidad
destacada en su tierra natal; por entonces se fundó en Molina una Junta de
Caridad, por iniciativa del corregidor Ignacio Yáñez Rivadeneyra y de Rafael
Garcés de Marcilla, en la que Joaquín Montesoro tuvo, a pesar de su juventud,
una activa participación. Además de apoyar económicamente a los más necesitados,
alimentó en su casa a algunos menesterosos de la población y en el frío
invierno molinés adecentó una casa de su propiedad y pagó el salario de una
persona para que allí pudiesen acogerse los niños sin familia que deambulaban
por el Señorío.
La Guerra de la Independencia
Pero
la Guerra de la Independencia amplió sus horizontes personales; el 3 de mayo de
1808, siendo regidor de la capital del Señorío, un grupo de vecinos acudieron a
él, como persona distinguida y respetada, para que impidiese que las rentas del
Señorío se entregasen a los recaudadores enviados por las autoridades españolas
ante el temor de que pudiesen caer en manos de los franceses o de sus
colaboradores españoles. Solicitaban que esos recursos permaneciesen en el
Señorío, una petición que, además, se justificaba por la crisis política y
económica que vivía el país y que ya había provocado incidentes en el pueblo de
Torremocha del Pinar cuando, un año antes, se habían querido cobrar los
impuestos.
Al
día siguiente, 4 de mayo, llegaron a Molina de Aragón las primeras noticias del
levantamiento popular de Madrid y de la dura represión desatada por el mariscal
Joachim Murat. Inmediatamente, muchos vecinos se fueron concentrando
espontáneamente frente al domicilio del corregidor Vallarino, a quien se
suponía amigo de los franceses, en actitud amenazante. De nuevo Joaquín
Montesoro intervino para calmar los ánimos de los más exaltados, aunque el
corregidor murió pocos días después en extrañas circunstancias.
A
la vista de los acontecimientos, en la segunda quincena del mes de mayo, se
reunieron las personalidades más señaladas de la ciudad para formar una Junta
de Gobierno, en la que estaba Joaquín Montesoro, que declaró la independencia
del Señorío de Molina, reconoció a Fernando VII como su rey, declaró la guerra
a Francia y, finalmente, impidió que las rentas del Señorío se entregasen a las
autoridades afrancesadas. La componían Joaquín Montesoro, Joaquín Asensio de
Ocón, que en 1809 había sido sustituido por Juan Masegosa, Francisco Fernández
y, como secretario, Mateo Nicolás Sanz Téllez.
El 23 de febrero de 1809 la Junta la Junta Superior de
Observación y Defensa del Señorío, que presidía Joaquín Montesoro, invitó a las
de Teruel, Albarracín, Calatayud y Daroca a que enviasen dos delegados a
Monreal del Campo con el objetivo de coordinar sus fuerzas frente a la agresión
francesa. Al mismo tiempo, la Junta de Gobierno que en Zaragoza presidía el
general José Palafox propuso que se estableciese una Junta Superior de Aragón
que ejercería su jurisdicción sobre este reino y algunas zonas limítrofes de
Castilla, una petición que Lorenzo Calvo de Rozas
defendió en la Junta Central. Constituida formalmente esa Junta, en ella se
integró Joaquín Montesoro como representante de Molina y su
Señorío.
Consagrado éste a la Junta Superior de Aragón, fue
nombrado presidente de la del Señorío el corregidor José Antonino Colmenares,
pero su torpe actuación al frente de la misma levantó las protestas de los
molineses, que enviaron a Ramón López Pelegrín para que informase del motivo de
su descontento y solicitaban que Joaquín Montesoro volviese a dirigirlos.
Aprobada
la Constitución de 1812, se establecieron las Diputaciones Provinciales; la de
Guadalajara, que fue una de las primeras en constituirse, celebró su primera
reunión el 25 de abril de 1813. El primer Jefe Político de Guadalajara fue
Guillermo de Vargas y Ximenez de Cisneros, y los diputados elegidos para esta
primera Diputación fueron Joaquín Montesoro, Félix Herrero Valverde, José López
de Santamaría, Francisco Hernández Vargas, Baltasar Carrillo Manrique, Ventura
Zubiaur y Fernando García del Olmo, actuando Juan José Merlo como secretario y
José López de Juana Pinilla como intendente. Ese mes de abril de 1813 la
Diputación permaneció en Anguita, por no estar liberada la capital provincial,
en mayo pudo celebrar en Cifuentes sendas sesiones los días 16 y 24 de ese mes
y desde el 9 de junio ya pudo instalarse la corporación provincial en la ciudad
de Guadalajara.
El reinado de Fernando VII
Con la vuelta de Fernando VII y la restauración del
régimen absolutista, Joaquín Montesoro se vio perseguido, como todos los
liberales guadalajareños. Pero en 1820 el triunfo del pronunciamiento de Rafael
del Riego le devolvió al primer plano de la política. Fue nombrado Jefe
Político subalterno de la provincia alcarreña y el 12 de abril de 1821
ocupó la presidencia de la restablecida Diputación constitucional, que formaba
con Antonio Medrano Heredia, Melitón Romero de Tejada, Matías Mariano Maestre y
Juan Antonio Hernández Morales. La situación de la renacida institución fue tan
precaria que la sede de la Diputación estuvo radicada temporalmente en su
propio domicilio particular.
Como
Jefe Político combatió las guerrillas absolutistas y en abril de 1821 repelió
la incursión de una partida que, expulsada de la provincia de Burgos, pretendió
asentarse en la de Guadalajara. También inició el proceso de desamortización
aprobado por el gobierno liberal, y se dice que se presentó personalmente en el
Monasterio de San Bartolomé de Lupiana, de la orden Gerónima, para enviar a
Madrid o subastar en Guadalajara diversos bienes del patrimonio conventual.
Condenado al ostracismo después de la victoria de los
ejércitos realistas en 1823, volvió a la actividad política tras la muerte de
Fernando VII. El 10 de diciembre de 1833, la Reina Gobernadora le nombró
Subdelegado de Fomento de Teruel, pasando después a ocupar el cargo de Jefe
Político de esa provincia. Y en virtud de este cargo, el 12
de noviembre de 1835 presidió la constitución de
la Diputación Provincial turolense.
Al
frente de esta provincia aragonesa tuvo que combatir activamente a los
partidarios del pretendiente Carlos María Isidro de Borbón, especialmente
activos en el Maestrazgo en esta Primera Guerra Carlista. Se le adscribió
durante esos años a la facción moderada del liberalismo, y en la prensa de
Guadalajara se le reconocía como uno de sus más destacados representantes.
Profesionalmente
figuraba como hacendado y ganadero. Si su familia poseía importantes rentas y
propiedades en el Señorío de Molina, Joaquín Montesoro las acrecentó gracias a
los procesos desamortizadores de 1836 y 1855, aprovechando la legislación
impulsada por Juan Álvarez Mendizábal para adquirir 683 parcelas rústicas y en
1859 compró dos casas en Molina de Aragón que valían 4.070 reales. Además, en
1856 le encontramos administrando los bienes que tenía en el Señorío de Molina
el conde de Priego.
Fue
nombrado caballero de la Orden de Carlos III el 3 de noviembre de 1805, y así
se recoge en el escudo nobiliario que adorna la fachada del palacio de los
Montesoro, en Molina de Aragón.
Elección y actividad parlamentaria
En
las elecciones a diputados en Cortes
que se celebraron en julio de 1836 sólo salió
elegido por mayoría absoluta en la primera vuelta el moderado Ambrosio Tomás
Lillo. Para las ternas de los otros dos diputados fueron elegidos: Francisco
Romo y Gamboa, Baltasar Carrillo Manrique, Joaquín Berdugo, Alfonso Peralta,
Jacinto Garrido y Joaquín Montesoro, que en la segunda vuelta obtuvo una votación significativa pero insuficiente para
ganar el escaño, que fue a parar a candidatos progresistas.
Fue
postulado como Senador en los comicios celebrados el 20 de octubre de 1837 y
elegido por la Reina Gobernadora entre la terna propuesta; fue, con diferencia,
el candidato más votado, 1.305 votos, con un censo electoral más numeroso que
el de anteriores comicios. La solemne apertura de las Cortes se celebró el 19
de noviembre, pero no juró su cargo hasta el 28 de febrero de 1838. Continuó en
el Senado durante las sucesivas legislaturas hasta la de 1840.
En la
sesión celebrada por el Senado el 15 de febrero de 1840 se leyó la relación de
aquellos senadores que no habían cesado en su cargo ni habían sido comprendidos
en la segunda renovación del Senado y que, por lo tanto, formarían en la Cámara
Alta durante el año 1840, y entre ellos estaba Joaquín Montesoro. Los sucesos
que provocaron el final de la Regencia de María Cristina de Borbón forzaron la
brusca clausura de esta legislatura el 23 de julio de 1840.
En 1837
fue miembro de las Comisiones que analizó la validez de las actas electorales,
que evaluó la aprobación de una quinta de 40.000 hombres para la Guerra
Carlista y que estudió la validez de los testamentos otorgados en Villanueva y
Geltrú (Barcelona).
Fue
nombrado suplente para la Comisión encargada de recibir a la reina en la
solemne sesión de apertura de las Cortes de 1840. Perteneció a la Cuarta
Sección y presentó una moción para que fuese declarada Fiesta Nacional el 18 de
junio, aniversario de la promulgación y juramento de la Constitución
progresista de 1837, formando parte de la Comisión que se nombró con ese
motivo.
JUAN
PABLO CALERO DELSO
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