ARAUZ ESTREMERA, Enrique
[Peralejos
de las Truchas, 15 de julio de 1864 / Molina de Aragón, 17 de marzo de 1905]
Pedro Enrique Araúz
Estremera nació en la localidad molinesa de Peralejos de las Truchas, auténtico
solar familiar, el día 15 de julio de 1864 y fue bautizado catorce días
después. Realizó sus estudios en el colegio de los Padres Escolapios de la
capital del Señorío y, al finalizarlos, se trasladó a Madrid. Era hijo de Simón
Araúz Huerta, que falleció el 10 de octubre de 1887 a los cincuenta y nueve
años de edad, y de Dolores Estremera, que murió el 22 de junio de 1894; ambos
se encuentran enterrados en el Santuario de Nuestra Señora de Ribagorda, junto
a Peralejos de las Truchas, al que la familia tenía particular devoción y a
cuya reconstrucción contribuyó económicamente.
Pertenecía a una distinguida familia, los Arauz, que en el siglo XVIII había llegado al Señorío de Molina desde tierras vascas para dedicarse a la minería del hierro y la forja, aunque desde los primeros años del siglo XIX convirtieron a la ganadería en la principal actividad económica de la familia. En tierras molinesas emparentaron con otra familia vasca, a cuyo patriarca todos conocían como “el tío Anochea”, que había emigrado antes al Señorío y donde se había enriquecido. Definitivamente asentados en la comarca, en 1816 los Araúz construyeron en Peralejos de las Truchas, sobre el caserón del tío Anochea, una hermosa casa solariega que era conocida por las gentes de la comarca como la Casa Grande. Desde Peralejos extendieron su presencia a otros pueblos de la comarca, como Salvio Araúz, que a principios del siglo XX regentaba un “almacén de ultramarinos y otros géneros” en Saelices del Ducado.
Pertenecía a una distinguida familia, los Arauz, que en el siglo XVIII había llegado al Señorío de Molina desde tierras vascas para dedicarse a la minería del hierro y la forja, aunque desde los primeros años del siglo XIX convirtieron a la ganadería en la principal actividad económica de la familia. En tierras molinesas emparentaron con otra familia vasca, a cuyo patriarca todos conocían como “el tío Anochea”, que había emigrado antes al Señorío y donde se había enriquecido. Definitivamente asentados en la comarca, en 1816 los Araúz construyeron en Peralejos de las Truchas, sobre el caserón del tío Anochea, una hermosa casa solariega que era conocida por las gentes de la comarca como la Casa Grande. Desde Peralejos extendieron su presencia a otros pueblos de la comarca, como Salvio Araúz, que a principios del siglo XX regentaba un “almacén de ultramarinos y otros géneros” en Saelices del Ducado.
Enrique
Araúz Estremera se casó el día de Navidad de 1896 con María Robles de Aznar, natural de la
localidad de Bronchales, en la vecina provincia de Teruel, pero que residía en
Molina de Aragón, ciudad en la que falleció en febrero de 1903. Tuvieron tres
hijos: José María, que nació en Molina de Aragón el 18 de abril de 1898 y
falleció en la Vega de Arias de Guadalajara el 6 de agosto de 1977, María
Dolores y Carlos, que nació en Molina de Aragón el 24 de enero de 1902 y murió
en Madrid el 2 de mayo de 1982. De ideología integrista, crió a sus hijos en un
ambiente profundamente tradicionalista y éstos sostuvieron sus mismas ideas.
Su actividad política
Toda
la familia Arauz destacó por su temprano compromiso con la causa carlista, a la que durante
generaciones se dedicaron sin escatimar esfuerzos ni sacrificios. Enrique ejerció su
militancia carlista como periodista en Madrid, donde fundó y dirigió el
periódico La Concordia; de vuelta a
Peralejos de las Truchas, en 1897 fue elegido alcalde de su localidad natal y
siguió colaborando con frecuencia en El
Correo Español, órgano periodístico del carlismo.
Seguía una larga tradición familiar; Marcos Araúz Gómez (1818-1872) fue oficial a las órdenes del pretendiente durante la Primera Guerra Carlista, Pedro Manuel Araúz Estremera fue un héroe de la Tercera Guerra Carlista; conocido y venerado en el Señorío molinés, a decir del escritor también carlista José Sanz y Díaz, que le describía así: “viejo y noble señor de la Montaña, cruzado del Carlismo, amante de la España tradicional, católico que rayaba en santidad y paño de lágrimas de las gentes de Peralejos”. Había nacido el 29 de abril de 1859 y falleció el 25 de febrero de 1933 en Peralejos de las Truchas, contrayendo matrimonio con Dolores Tejada, con la que tuvo tres hijos: Simón, Gaspar y Enrique. Por su parte, su tío Juan Francisco Araúz Huerta, que había nacido en 1838, fue diputado provincial por el Señorío en 1867, bajo el reinado de Isabel II, y en 1871, con Amadeo I de Saboya en el trono, pero permaneció siempre fiel a la dinastía carlista hasta su fallecimiento en Peralejos de las Truchas en 1899.
Seguía una larga tradición familiar; Marcos Araúz Gómez (1818-1872) fue oficial a las órdenes del pretendiente durante la Primera Guerra Carlista, Pedro Manuel Araúz Estremera fue un héroe de la Tercera Guerra Carlista; conocido y venerado en el Señorío molinés, a decir del escritor también carlista José Sanz y Díaz, que le describía así: “viejo y noble señor de la Montaña, cruzado del Carlismo, amante de la España tradicional, católico que rayaba en santidad y paño de lágrimas de las gentes de Peralejos”. Había nacido el 29 de abril de 1859 y falleció el 25 de febrero de 1933 en Peralejos de las Truchas, contrayendo matrimonio con Dolores Tejada, con la que tuvo tres hijos: Simón, Gaspar y Enrique. Por su parte, su tío Juan Francisco Araúz Huerta, que había nacido en 1838, fue diputado provincial por el Señorío en 1867, bajo el reinado de Isabel II, y en 1871, con Amadeo I de Saboya en el trono, pero permaneció siempre fiel a la dinastía carlista hasta su fallecimiento en Peralejos de las Truchas en 1899.
Pero su legado principal fue literario. En 1895 se publicó en el madrileño Establecimiento
Tipográfico de Felipe Pinto el libro La hija del Tío Paco o lo que pueden
dos mil duros, una voluminosa novela escrita por Enrique Araúz Estremera
que, inspirada en el costumbrismo rural del también escritor carlista José
María de Pereda, nos describe su tierra y hace un canto de añoranza de las
tradiciones del Señorío de Molina, sin olvidar hacer en el prólogo una defensa
explícita de los fueros y las antiguas libertades de sus habitantes. A pesar de
su carga ideológica, es seguramente el libro de costumbres más interesante
publicado en la Guadalajara decimonónica. Se muestra así como uno de los más
destacados representantes, junto al sacerdote Anselmo Herranz Establés, de ese
carlismo molinés que hizo de la defensa de los fueros y de la personalidad
jurídica del Señorío una causa política que sólo veía defendida por el
carlismo. A su muerte, dejó inconclusa otra novela que nunca llegó a ser
publicada.
Enrique
Arauz Estremera también fue víctima de la particular fiebre del oro que vivió
en la segunda mitad del siglo XIX la provincia alcarreña e intentó, aunque sin
mucho éxito, impulsar a través de la minería el desarrollo económico de su
tierra, registrando la mina Santa Teresa en el pueblo de Aragoncillo, vecino a
Molina de Aragón, sin tener éxito en su explotación.
En
el año 2008 se inauguró en la Dehesa del Campillo de Alcoroches un sencillo
monumento entre robles, que recuerda el lugar de reunión de los trece pueblos
de esa sesma que bajo uno de sus robles, como hacía los
vizcaínos en Guernica, tomaban acuerdos y nombraban sus
representantes. En el estrado que forma parte del monumento se inscribió una
cita de Enrique Aráuz Estremera que hace referencia
a “la elección de diputados y sexmeros”.
JUAN PABLO CALERO DELSO
Prólogo de La hija del tío Paco:
https://laalcarriaobrera.blogspot.com/2009/12/el-senorio-de-molina-segun-enrique.html
Prólogo de La hija del tío Paco:
https://laalcarriaobrera.blogspot.com/2009/12/el-senorio-de-molina-segun-enrique.html
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