ARAGONÉS SANZ, Modesto
[Guadalajara,
15 de junio de 1855 / Madrid, 11 de enero de 1920]
Modesto Aragonés Sanz nació en Guadalajara el 15 de junio
de 1855, hijo de de Sandalio Aragonés y de Cecilia Sanz,
en el seno de una numerosa familia trabajadora. El 11 de enero de 1920 falleció en su domicilio madrileño,
en el número 15 de la calle Olite, y fue enterrado en el Cementerio del Este de
la capital sin ceremonia religiosa.
Su acción política en Guadalajara
En
1879, y a través de su hermano Manuel que estaba empleado como maquinista en la
Imprenta Provincial alcarreña, conoció a los tipógrafos Julián Fernández
Alonso, Enrique Burgos Boldova y Alfonso Martín Manzano, amigos y
correligionarios de Pablo Iglesias en Madrid, vinculándose desde entonces al
núcleo inicial del marxismo en Guadalajara y convirtiéndose en un militante
obrero tan activo como perseverante; en su necrológica, El Socialista dijo de él, con razón, que “su vida fue un ejemplo
constante de abnegación y entrega a los ideales del proletariado
revolucionario”.
Como ya
hemos dicho, muy pronto se relacionó con el grupo madrileño de tipógrafos
socialistas y en 1879 asistió a las reuniones de los cafés Brillante y Lisboa
en las que se sentaron las bases para la constitución del PSOE. En 1880 formó
parte del grupo fundador de la Agrupación Socialista de Guadalajara, la primera
establecida después de las de Madrid y Barcelona, de la que fue presidente en
1889. En 1887 fue el primer secretario de la Sociedad de Socorros Mutuos La
Unión de Guadalajara, la iniciativa pública pionera de los socialistas
alcarreños, de la que su hermano Ignacio era presidente. Es prueba de la
importancia de este grupo alcarreño que cuando el 15 de enero de 1882 se
celebró en un aula de las Escuelas Pías de San Fernando la primera asamblea pública
del partido obrero y se eligió al primer Comité legal del PSOE, de sus siete
miembros tres tenían relación con el grupo de Guadalajara: Modesto Aragonés,
Luis Ranz y Juan Gómez Crespo.
Aunque muy
pronto se fue a vivir a Madrid, en todo momento mantuvo su relación con
Guadalajara y fue candidato del PSOE por la circunscripción alcarreña en los
comicios celebrados el 1 de febrero de 1891, la primera ocasión en la que los
socialistas hispanos concurrieron a unas elecciones legislativas, enfrentándose
sin éxito al conde de Romanones en su primera reelección. Desde entonces, en
repetidas ocasiones acudió a la ciudad arriacense para intervenir en mítines o
manifestaciones convocadas por el obrerismo provincial, como por ejemplo en los
actos del 1º de Mayo.
Su acción política en Madrid
Instalado por lo tanto en Madrid, allí
fundó en 1888 la Sociedad Obrera de Albañiles El Trabajo, una de las más
potentes sociedades de oficio del socialismo madrileño hasta 1936, formando
parte en repetidas ocasiones de su Junta Directiva y participando en numerosos actos
y mítines tanto de esta Sociedad, como de la UGT. También condujo algunos
Congresos de la Federación de Albañiles de España.
Republicanos y anarquistas le acusaron de sectarismo y falta de solidaridad
para con los albañiles presos que no fuesen socialistas o dirigentes destacados
de la UGT, y lo cierto es que Modesto Aragonés defendió y preservó a la
Sociedad bajo la obediencia socialista, mientras acusaba a los anarquistas de “destrozar la colectividad promoviendo alborotos sin causa
justificada con el exclusivo objeto de que no se puedan tomar acuerdos nunca y
de introducir la discordia entre los que aman de verdad la causa del
proletariado”.
Asumió distintas responsabilidades en el partido obrero y
en la UGT. Entre 1899 y 1902 fue vocal del Comité Nacional del PSOE, después de
que asistiese como delegado de los albañiles de
Madrid al VI Congreso de la UGT. Asimismo, en 1907 firmó como presidente de la
comisión el balance de ingresos y gastos para la compra del solar sobre el que
se levantó la Casa del Pueblo de Madrid de la calle Relatores. Entre los años 1916 y 1918 fue
miembro del Comité Nacional de la UGT, firmando la convocatoria conjunta a la
Huelga General de 1917, lo que le valió ser encarcelado en condiciones inhumanas
sin atender a su avanzada edad. Además, asistió a distintos congresos ugetistas
como delegado de los albañiles madrileños y, en alguna ocasión, de los de
Guadalajara.
Perteneció
a la Junta Local mixta para informar de la reglamentación laboral de las mujeres
y los niños, y desde septiembre de 1901 fue delegado obrero de la subcomisión
del distrito madrileño de Hospicio, dependiente de la Junta Local de Reformas
Sociales, encargada del control de la aplicación práctica de la legislación
sobre el trabajo de mujeres y niños y la salubridad de los talleres. Entre 1908 y 1920 fue
vocal obrero suplente por la Pequeña Industria en el Instituto de Reformas
Sociales.
Modesto
Aragonés tuvo un protagonismo indeseado en un suceso que convulsionó al Madrid
de su tiempo. Realizando obras de reforma en unas casas de los números 24 y 26
de la calle de Embajadores en Madrid, propiedad de Luis de la Mata, surgieron
rumores de que los albañiles que realizaban esas tareas habían encontrado en
dos ocasiones cajas llenas de oro, escondidas por el primer propietario de los
edificios y de la que se conocía un precedente, pues ya había sido hallada una
caja muchos años atrás. Dos de los albañiles imputados eran los hermanos
Antonio y Modesto Aragonés; este último reconoció haber trabajado en esa obra y
haber encontrado mil duros en una caja, que se repartieron entre los cuatro
trabajadores, alegando desconocer que le ley les obligaba a entregar la mitad
al propietario. Aunque se investigó su vida privada no se vieron signos externos
de riqueza, porque habían dedicado ese dinero a cubrir las necesidades más
primarias: Antonio Aragonés declaró que ni siquiera tenía una cama en su casa.
Fueron
enviados a prisión por el juez, y hasta el 14 de septiembre no se decretó su
libertad bajo fianza personal, pudiendo salir de la cárcel los cuatro imputados.
En mayo de 1902 se celebró el juicio, en el que fueron defendidos por el
abogado José Luis Castillejo Gutiérrez. Los cuatro albañiles fueron condenados
a duras penas de más de un año de presidio correccional, pero el rey ejerció el
derecho de gracia y conmutó el período que les quedaba por cumplir por igual
tiempo pero de destierro, alegando que el delito se había producido por falta
de conocimiento de la ley, que si no eximía de responsabilidad, descartaba la
malicia en la falta.
Volvió
a ser detenido en abril de 1919 por ir en la plataforma del tranvía comentando
con otros dos obreros la huelga de telegrafistas, y como llamasen esquiroles a
los funcionarios que habían acudido al trabajo, otro viajero los denunció y
fueron llevados a comisaría, sin que tuviese este lance más consecuencias que
poner de manifiesto la degeneración de la democracia y el temor a los
conflictos sociales que se vivía en la España de esos años.
JUAN PABLO CALERO DELSO
JUAN PABLO CALERO DELSO
No hay comentarios:
Publicar un comentario