PASTOR BEDOYA, Enrique
[Madrid,
29 de diciembre de 1833 / Huesca, 5 de diciembre de 1897]
Enrique
Pastor Bedoya nació en Madrid el 29 de diciembre de 1833 y falleció en Huesca
el 5 de diciembre de 1897. Su estrecha afinidad con la provincia de Guadalajara
tenía raíces familiares; su padre, Luis María Pastor Copo, ejerció como abogado
en Brihuega y allí contrajo matrimonio, emparentando con la poderosa familia
briocense de los Bedoya, lo que le llevó a ocupar el escaño por Brihuega en el
Congreso de los Diputados en las legislaturas de 1846, 1850, 1851, 1853 y 1857,
siempre en las filas del Partido Moderado. Su influencia en tierras alcarreñas
era tan notable que Benito Pérez Galdós dice en el tomo titulado Narváez de sus Episodios Nacionales: “Hablamos en seguida de Brihuega,
donde toda la fuerza es de D.
Luis María Pastor”.
Enrique
Pastor realizó estudios de Economía, como su padre que fue muy brevemente
ministro de Hacienda (1853) y director
general de Deuda Pública (1847) y del estanco de la sal (1841), e inició una
larga carrera de funcionario del Estado, preferentemente en destinos económicos
en el Ministerio de Hacienda, llegando a ocupar varios años el puesto de
interventor de Hacienda en Barcelona. Incluso hacia 1893 estuvo destinado en el
extranjero y, más concretamente, fue designado Interventor de la legación
española en Londres, aprovechando su estancia para ser corresponsal en la
capital británica de La Correspondencia
de España y El Día. A su vuelta,
prosiguió su carrera como funcionario del Ministerio de Hacienda en España y,
en el momento de su fallecimiento, era Delegado Provincial del citado
Ministerio en la provincia de Huesca. Al mismo tiempo fue director de la revista
mensual Tribuna de los Economistas y,
durante el Sexenio Revolucionario, de El Criterio.
También
aplicó sus conocimientos de economía a la iniciativa privada y, a raíz de una profunda
reforma legislativa en la regulación de los Bancos de Ultramar en el año 1878,
Enrique Pastor Bedoya promovió la fundación de un Banco privado en Puerto Rico,
que iba a ser “agrícola hipotecario mercantil", y hasta llegó a elaborar e
imprimir los Estatutos y Reglamento del que iba a ser el Banco Español en
Puerto Rico, pero el proyecto se frustró por el escaso apoyo institucional y
por la falta de respaldo económico con que contaba para una empresa tan
ambiciosa.
En los
comicios celebrados el 24 de agosto de 1872, con la provincia como distrito único
electoral para los senadores, Luis María Pastor Copo representó a Guadalajara
en el Senado y su hijo, Enrique Pastor Bedoya, a
Brihuega en el Congreso, con el rey Amadeo I de Saboya sentado en el trono de
Madrid. A pesar de la red clientelar de su familia y de la amplia experiencia
de su padre, Enrique Pastor Bedoya no destacó en su fugaz paso por el parlamento.
Juró su cargo el 20 de septiembre de 1872 y la legislatura se terminó, a raíz
de la proclamación de la República, el 22 de marzo de 1873. Nunca volvió a
concurrir a un proceso electoral, aunque mantuvo el interés por la política,
llegando a publicar en 1881 un folleto titulado La democracia monárquica y, ese mismo año, el volumen Un libro más: colección de varios escritos
publicados e inéditos.
Solamente
escribió algunas obras de ficción poco conocidas, como La dote de Margarita (1891) o el relato breve Una broma pesada de Miguel de Cervantes (1872). Pero destacó como
traductor de numerosas obras de Xavier de Montepin (Su alteza el amor, La gitana,
Blanca de Prestes o los amores de
provincia…), de Adolphe Belot (La
señorita Vitel y la señorita Lelievre, Las
fugitivas de Viena, Elena y Matilde, El artículo 47…)
y de otros autores franceses, en general, como los citados, famosos escritores
de folletines un puntos escandalosos para su época. También le debemos una traducción de las profecías de Nostradamus. En la Biblioteca Nacional española
se conserva correspondencia suya con otros reconocidos autores de su tiempo, como
Juan Eugenio Hartzenbusch o Francisco Barbieri.
Propagador del espiritismo
Sin
embargo, fue mucho más conocido por su seudónimo de Alverico Perón, con el que
escribió numerosos libros, folletos y artículos en defensa del espiritismo,
hasta el punto de que es considerado el introductor de las ideas espiritistas
en España junto a José María Fernández Colavida. En la necrológica que le
dedicó la revista espiritista La
Revelación de Alicante en enero de 1898 se puede leer: “Fue uno de los más
entusiastas espiritistas de la primera hora y contribuyó poderosamente a la
divulgación del Espiritismo desde el año 1858 en que la sublime luz de tan
regeneradora creencia iluminó su espíritu con resplandores inextinguibles”. En
1865 participó en la fundación de la pionera Sociedad Espirita Española y
mantuvo estrecha relación con Allan Kardec.
Se
dio a conocer públicamente en 1861 con su Carta
de un espiritista, una obra pionera que a pesar de su brevedad, apenas una treintena de páginas, mereció ser criticada por
Marcelino Menéndez Pelayo en su Historia
de los heterodoxos españoles, aunque éste la adjudica a un autor francés
por haber sido firmada por Pastor Bedoya con su seudónimo de Alverico Perón. En
1868 dio a la imprenta su libro La
fórmula del espiritismo y todavía en 1902, ya fallecido Enrique
Pastor, se editó el Manual del
magnetizador práctico con traducción firmada por Alverico Perón.
En
1867 proyectó publicar una revista espiritista, lo que se reveló imposible por
la férrea censura eclesiástica. Pero a principios del año siguiente salió en
Madrid el primer número de El criterio
que se proclamaba “Revista quincenal científica”, pero que, a partir de la Revolución
Gloriosa de septiembre de ese mismo año, pasó a llamarse El Criterio Espiritista, revelando su auténtica orientación. Fue
dirigida por Enrique Pastor Bedoya hasta 1872, cuando cedió su responsabilidad
por haber sido elegido diputado por Guadalajara. Durante los últimos años de su
vida dirigió en Barcelona la Revista de
Estudios Psicológicos, que era la publicación decana de la rica prensa
espiritista española del momento.
JUAN
PABLO CALERO DELSO
No hay comentarios:
Publicar un comentario