MARTÍNEZ RUIZ, Juan de la Cruz
[Siles, 1 de junio de 1820 / VIllanueva del Arzobispo, 29 de diciembre de 1877]
Según declaraba, nació en Siles, un pueblo de la jienense Sierra de
Segura, el 1 de junio de 1820, aunque su expediente universitario sitúa su
lugar de nacimiento en Villanueva del Arzobispo, localidad en la que falleció el 29 de diciembre de 1877. Era hijo de Pedro Fernando
Martínez García y de Luciana Ruiz Lumbreras. Sus antepasados estaban
profundamente enraizados en esa comarca andaluza y se sabe que la familia de su
padre eran ricos propietarios a los que el Catastro del marqués de la Ensenada
ya reconocía la titularidad en Beas de Segura de un molino, un batán y un
mesón. Parte de este rico patrimonio familiar pasó a sus manos, pues al ocupar
su escaño en el Congreso de los Diputados declaró como profesión ser
“propietario”. Estuvo casado y tuvo un hijo, de igual nombre, que falleció en
octubre de 1881.
No conocemos muchos detalles sobre sus primeros estudios, pero debió
de ser alumno aventajado pues en 1842 publicó unas Memorias sobre el Partido Judicial de Segura de la Sierra, obra de
casi doscientas páginas que sorprende por la erudición que demuestra en un
joven de apenas veinte años, y que se abre con las siguientes palabras: “Cuando
con parsimonia y detenimiento consideramos cuán útil y necesario es a todos el
estudio de la historia; cuando madura y detenidamente reflexionamos cuán pocos
son los que con intensa aplicación se dedican a este ramo del saber humano,
experimentamos necesariamente un vivo disgusto que apena demasiado a nuestro
corazón. Porque, ¿qué es el hombre sin la historia?”. Uno de los aspectos
más notables de estas Memorias es su novedosa propuesta de implantar un sistema
de inspección en los centros escolares, con el objetivo de hacer cumplir las
leyes educativas y mejorar la calidad de la enseñanza.
Este libro le valió para ser elegido individuo correspondiente en la
provincia jienense de la Real Academia de la Historia el 15 de marzo de 1844.
Además, según declaraba, perteneció a la Academia Matritense de Jurisprudencia y Legislación y
fue socio de la Real Sociedad de Amigos del País de Jaén.
Pero esta prematura afición por los conocimientos históricos y sus preocupaciones pedagógicas no impidieron
que se licenciase en Derecho en la Universidad Central de Madrid, donde inició
sus estudios en 1846. Ejerció como abogado, y así lo hizo constar en la portada
de su libro Estudios sobre el ramo de los
Montes Arbolados de España, que salió de imprenta en 1855.
Adscrito al partido progresista, Juan de la Cruz Martínez desarrolló
una larga carrera política. En 1854 fue elegido diputado por la circunscripción
de Jaén para las Cortes Constituyentes, obteniendo un resultado muy ajustado:
5.007 sufragios en un censo electoral de 12.949, de los que 10.892 inscritos
depositaron su voto; el general Francisco Serrano también fue elegido por esa
misma circunscripción. Se incorporó al Congreso el 13 de noviembre de 1854 y
cesó en sus funciones el 2 de septiembre de 1856, coincidiendo con el final de
la legislatura del Bienio Progresista. No fue un parlamentario muy activo, y en
varias ocasiones solicitó licencia para ausentarse de Madrid por enfermedad y
por estudios.
Adicto a Baldomero Espartero, en el verano de 1856 se puso al frente
de un batallón de la Milicia Nacional levantado en los pueblos de su comarca
con intención de tomar Jaén y combatir al general Leopoldo O’Donnell y su nuevo gobierno. Retirado Espartero del poder, se alejó desde entonces de todo cargo institucional y, como la mayoría de los progresistas,
defendió en todo momento el retraimiento electoral.
La Revolución de septiembre de 1868 le permitió asumir nuevas
responsabilidades políticas. En las elecciones celebradas el 8 de marzo de
1871, tras la llegada a Madrid del rey Amadeo I de Saboya, fue de nuevo elegido
diputado, en esta ocasión por el distrito de Villacarrillo, también en la
provincia jienense, con un respaldo más abultado: 6.311 papeletas sobre un
total de 7.756 votantes. Ocupó su escaño el 14 de abril de 1871 y formó parte
de la Cámara Baja hasta su disolución, el 24 de enero de 1872.
Fue, además, nombrado gobernador civil de la provincia de Guadalajara
en dos ocasiones; la primera, desde febrero de 1872, tras cerrarse la
legislatura en la que había sido diputado, hasta el 11 de junio de ese mismo
año, cuando fue remplazado por José Morales Ramírez que no llegó a tomar
posesión, pues antes el Partido Radical de Manuel Ruiz Zorrilla se hizo cargo
del gobierno de la nación, ministerio al que Juan de la Cruz Martínez se opuso
públicamente, por lo que estuvo
menos diez días al frente del Gobierno Civil de Cuenca, para el que había sido
nombrado al cesar en Guadalajara y del que fue separado el 20 de junio de 1872.
Ya con motivo de las elecciones de marzo de 1872 había sido duramente criticado por su intromisión en el proceso electoral y su inquina contra los radicales; se hizo famosa una instrucción suya que decía: “Teniendo conocimiento este gobierno de provincia que la punible y desleal coalición que se encuentra enfrente del Gobierno ha mandado á los pueblos agentes electorales, y estando dispuesto á que la Ley sea, una verdad y se cumpla en todas sus partes, porque estos amaños se encuentran penados en el Código y ley electoral, y siendo Vd. el encargado de que no se falte á la ley, pondrá Vd. presos a cualquiera de estos que se presenten en esa localidad, dando parte inmediatamente á los tribunales de justicia”.
La segunda ocasión que estuvo al frente del Gobierno Civil alcarreño, con el general Francisco Serrano al frente de una república autoritaria, lo ocupó desde el día 16 de mayo hasta el 7 de noviembre de 1874, cuando cesó como delegado del gobierno en la provincia alcarreña y pasó a ser gobernador civil de Palencia, puesto que ocupó hasta el final de la República y la llegada al trono del rey Alfonso XII.
Este segundo nombramiento se produjo después de que Juan de la Cruz Martínez rechazase el nombramiento de ordenador de pagos de la isla de Cuba, un destino administrativo de prestigio y responsabilidad que llegó a publicarse en la prensa, aunque finalmente no se produjo por la negativa del propuesto para ocupar el cargo en la colonia antillana
Ya con motivo de las elecciones de marzo de 1872 había sido duramente criticado por su intromisión en el proceso electoral y su inquina contra los radicales; se hizo famosa una instrucción suya que decía: “Teniendo conocimiento este gobierno de provincia que la punible y desleal coalición que se encuentra enfrente del Gobierno ha mandado á los pueblos agentes electorales, y estando dispuesto á que la Ley sea, una verdad y se cumpla en todas sus partes, porque estos amaños se encuentran penados en el Código y ley electoral, y siendo Vd. el encargado de que no se falte á la ley, pondrá Vd. presos a cualquiera de estos que se presenten en esa localidad, dando parte inmediatamente á los tribunales de justicia”.
La segunda ocasión que estuvo al frente del Gobierno Civil alcarreño, con el general Francisco Serrano al frente de una república autoritaria, lo ocupó desde el día 16 de mayo hasta el 7 de noviembre de 1874, cuando cesó como delegado del gobierno en la provincia alcarreña y pasó a ser gobernador civil de Palencia, puesto que ocupó hasta el final de la República y la llegada al trono del rey Alfonso XII.
Este segundo nombramiento se produjo después de que Juan de la Cruz Martínez rechazase el nombramiento de ordenador de pagos de la isla de Cuba, un destino administrativo de prestigio y responsabilidad que llegó a publicarse en la prensa, aunque finalmente no se produjo por la negativa del propuesto para ocupar el cargo en la colonia antillana
En ambas ocasiones su nombramiento fue refrendado por Práxedes Mateo
Sagasta como presidente del Consejo de Ministros, al que mostró públicamente su
adhesión durante el Sexenio, como se comprueba en una carta que le dirigió y que se
publicó en noviembre de 1872 en la que le comunicaba “Hoy
más que nunca merece Vd. de mi amistad más cariño si cabe, más respeto, más
consideración y una adhesión más ciega; y cuando se pretende acusar á Vd.
villanamente de soñados é imaginarios delitos, esté Vd. segurísimo de mi afecto
é inalterable amistad; y si en algo ó para alguna cosa (aunque poco valgo) me
considera Vd. útil, disponga de mí, que con todo cuanto valgo y puedo estoy absolutamente
á disposición de Vd. Su mejor amigo”.
Pero durante la Restauración se alejó del liberalismo sagastino y se mantuvo leal al ideario republicano, como demostró en 1886 al formar parte del Comité del Partido Republicano Federal de Beas de Segura, en la provincia de Jaén.
Pero durante la Restauración se alejó del liberalismo sagastino y se mantuvo leal al ideario republicano, como demostró en 1886 al formar parte del Comité del Partido Republicano Federal de Beas de Segura, en la provincia de Jaén.
Su memoria se ha perdido en su comarca natal, a la que dedicó estudios
eruditos y actividad política, aunque en el año 2007 La Asociación Histórico
Cultural Taderia, con sede en el pueblo jienense de Siles, convocó por primera
vez el Certamen Literario de Relato Corto "Juan de la Cruz Martínez".
JUAN PABLO CALERO DELSO
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