RAMOS PAZOS, Juan
[Balconete, 1908 / Guadalajara, 30 de mayo de 1992]
Juan Ramos Pazos, popularmente conocido como Juanito Ramos, nació en el pueblo de Balconete, próximo a Brihuega, en 1908 y falleció el sábado 30 de mayo de 1992 en la Residencia Beata Teresa de Jesús Jornet de Guadalajara. Contrajo matrimonio y tuvo una hija, residiendo en el número 7 de la calle Francisco Cuesta de Guadalajara.
En 1915 emigró con sus padres a la capital provincial en busca de una vida mejor, “aprender un oficio, instruirme”. Estuvo empleado como guarnicionero en la Maestranza de Ingenieros de Guadalajara y en La Hispano, mostrándose orgulloso de su condición de trabajador: “quiero ser un buen obrero, puesto que de ello me siento capaz”, declaraba en una entrevista publicada el 9 de marzo de 1930. No por casualidad entre sus primeros equipos estaban la Sociedad Deportiva Obrera, vinculada a la Federación de Sociedades Obreras de Guadalajara, y la Agrupación Deportiva Ferroviaria.
En el mismo reportaje relataba cómo empezó su relación con el atletismo: “vi una carrera [en Guadalajara]; me interesó el espectáculo mucho. Vestido como estaba, les seguí, fui animándoles y… entré en el tercer lugar después de recorrer el mismo trayecto que ellos. Fue, sin serlo, mi debut y mi primer éxito”. Ese carácter autodidacta le acompañó durante toda su carrera deportiva; se preparaba sin entrenador y aunque en 1930 figuraba como afiliado al Racing madrileño, como su trabajo y su familia estaban en Guadalajara, se veía obligado a practicar solo en la capital alcarreña, “después de dejar el trabajo, a las cinco de la tarde”.
A pesar de tantas dificultades, la suya fue una carrera triunfal. En 1925, en las filas de la Deportiva Arriacense, ganó dos carreras de aficionados; al año siguiente, con la Deportiva Obrera de Guadalajara, empezó a competir fuera de la provincia: tercero en 5.000 y 10.000 metros en el Campeonato de Castilla y medalla de bronce en el Campeonato de España de 10.000 metros. En 1926 se adhirió a la Agrupación Deportiva Ferroviaria, que había sido fundada en Madrid en 1918, y pudo afirmar que “en cuantas pruebas se celebraron por diferentes Sociedades deportivas en Madrid, tomé parte, clasificándome en su mayoría en 1º o 2º puesto”.
En 1928 se interrumpió su carrera deportiva porque debía hacer el Servicio Militar y, como el mismo confesaba, “fue un alto forzoso en la marcha, porque apenas si pude hacer nada durante el tiempo que estuve en el Ejército. Por ello no pude participar en algunas pruebas”. En 1930 había ganado en catorce ocasiones el título de campeón de Castilla en pista y campo a través cuando se presentó al Campeonato de España de campo a través, celebrado en Vigo el 23 de febrero de ese mismo año, carrera que ganó con autoridad destacado sobre sus competidores. Sin solución de continuidad, pasó a correr en la carrera Las Arenas-Bilbao convocada por el diario deportivo Excelsior, que ganó: a viajar a Londres para participar en el Cross de las Diez Naciones, del que tuvo que retirarse por enfermedad, y a competir en París en una carrera organizada por el periódico Le Petit Parisien en la quedó quinto de entre mil seiscientos atletas. De vuelta a España, participó en la Vuelta a la Región Valenciana, un prueba por etapas que sumaba 420 kilómetros, en la que también resulto vencedor.
Pero el 18 de octubre de ese año de 1930 Juanito Ramos fue retado a un duelo atlético que se celebró en la Plaza de Toros de Guadalajara; el ganador, que naturalmente fue él, recibía una modesta compensación económica, por lo que fue denunciado a la Federación Española de Atletismo que le sancionó prohibiéndole participar en carreras oficiales, supuestamente reservadas para corredores amateurs. Sin tener en cuenta sus circunstancias particulares y sin una investigación exhaustiva, según el propio Juanito Ramos denunciaba, fue excluido de las competiciones atléticas y empujado, según un periódico guipuzcoano, a “carreras en los pueblos, como un número más de la feria, optando a premios en calderilla, exhibiciones en plazas de toros, competencias con los tradicionales korrikolaris vascos, en carreras organizadas con el atractivo principal de la apuesta”.
Finalmente, en 1936 se le levantó la sanción y se le permitió competir en el Campeonato de Castilla de carrera campo a través celebrado el 16 de febrero, ganando el título con autoridad. Y el 8 de marzo, también en Madrid, volvió a ganar el título de campeón de España de la especialidad. Habrá que esperar a 1957 para que un alcarreño vuelva a ganar un campeonato de España deportivo individual; en esa ocasión de motociclismo con Antonio Hernando.
Durante la Guerra Civil estuvo destinado como guarnicionero de las Milicias de Guadalajara, llegando a ser entrevistado en el periódico UHP, portavoz de las citadas milicias, del 26 de agosto de 1936, donde declaró que auguraba un gran desarrollo del deporte en la España revolucionaria, “suprimido el favoritismo o el empresario de finalidad crematística, el deporte volverá a su primitivo origen: exaltación del hombre, alegría del músculo, belleza de la fuerza”. Alcanzó el grado de teniente en el Ejército Popular, lo que supuso que, al terminar la Guerra Civil, se le abriese un expediente por el Juzgado Militar Permanente de Guadalajara que el 31 de octubre de 1940 le condenó a tres años de prisión menor tras el correspondiente Consejo de Guerra.
Sin embargo, no llegó a cumplir su condena pues el 21 de abril de ese mismo año volvía a competir en Sevilla, ahora representando al sindicato vertical de Guadalajara y volvió a hacerlo en una exhibición en Sigüenza el 6 de julio de 1941. La primera vez que tenemos constancia que volvió a competir en la ciudad de Guadalajara fue en 1944, en una carrera de 5.000 metros que ganó exaequo con Teófilo Moratilla cruzando la meta ambos corredores cogidos del brazo. A pesar de sus victorias, fueron años de penurias para el atletismo y para el y su familia, como demuestra este suelto periodístico: “Juanito Ramos no corrió en la Copa Informaciones porque todavía no le han entregado el premio del año pasado”. Laboralmente, abandonó su oficio de guarnicionero y pasó a trabajar en Madrid como sereno, viéndose forzado a dejar Guadalajara.
De pequeña estatura y poco peso, sin una complexión atlética ni una preparación de alto nivel, sus cualidades naturales le llevaron a triunfar tanto en campo a través como en pista de atletismo o en carretera, y lo mismo en los 5.000 metros que en distancias mayores, incluso en la maratón, compitiendo en más de cuatrocientas pruebas en su larga carrera deportiva. Con un estilo innato pero “magnífico, ligero y, sobre todo, fácil. Zancada larga, armoniosa, de rendimiento…”.
Fue Juanito Ramos un personaje popular en Guadalajara que recibió diversos homenajes a lo largo de los años, aunque estuviese dolido, con razón, "por haber estado desamparado toda la vida, pero por el contrario me siento orgulloso de ser alcarreño". El jueves 28 de junio de 1973 se celebró, en el salón de actos del Colegio Santa Ana, una gala deportiva organizada por la Junta de Educación Física, en la que se le homenajeó, entre otros atletas de la provincia. Durante su discurso, el delegado provincial de Deportes, Salvador Toquero Cortés, resaltó la procedencia de las filas del Frente de Juventudes de Francisco Aritmendi que también estaba presente pero, por razones evidentes, obvió la filiación de los primeros equipos de Juan Ramos, de quien resaltó su carácter de ejemplo para el resto de deportistas alcarreños. Con ese motivo, durante ese verano el semanario Nueva Alcarria le dedicó una amplia y elogiosa serie de reportajes firmados por su redactor deportivo, Bernabé Relaño. Desde 2018 se celebra en su Balconete natal el Trail Memorial Juan Ramos Pazos.
JUAN PABLO CALERO DELSO