GARCÍA GALIANO, Vicente
[Checa,
1756 / Toledo, 22 de febrero de 1821]
Vicente
García Galiano nació en el pueblo de Checa, en el extremo meridional del
Señorío de Molina, a mediados del siglo XVIII, hacia el año 1755 o, más
probablemente, en 1756. Era hijo de Domingo García y de Josefa Galiano.
Siguió
la carrera eclesiástica y fue ordenado sacerdote. En 1790 era cura párroco de
la iglesia de Villaminaya, una pequeña localidad en la comarca de los Montes de
Toledo, que dependía del arzobispado toledano.
El día 14 de abril de 1792 ganó una plaza de canónigo en la catedral de Sigüenza, vacante por la muerte de su antecesor José Notario. Esta canonjía, además de una renta de cincuenta ducados anuales, llevaba asociada la cátedra de Prima de Teología en la Universidad de San
Antonio de Portacoeli de Sigüenza. Esta institución había sido fundada por el
arcediano seguntino Juan López de Medina como un colegio, al que en 1489 se le
subordinó una Universidad eclesiástica aprobada por el papa Inocencio VIII y
que quedó establecida bajo la protección del Sumo Pontífice y del rey de
Castilla. Pero por un decreto
del día 5 de julio de 1807 se suprimieron once universidades eclesiásticas
menores, y entre ellas la de Sigüenza que quedó asociada a la de Valladolid,
mientras el prelado seguntino ocupaba apresuradamente el edificio y sus
dependencias para instalar allí el Seminario Conciliar de la diócesis.
La Guerra de la Independencia y sus consecuencias
Al
comenzar la Guerra de la Independencia, en el año 1808, el cabildo de Sigüenza rechazó
colaborar con las nuevas autoridades afrancesadas y algunos de sus miembros se
sumaron a la resistencia contra el rey José I Bonaparte. Destacó entre todos
Vicente García Galiano, que fue miembro de la segunda Junta Superior de
Guadalajara, que se constituyó el 27 de junio de 1811, deambulando desde
entonces por toda la provincia durante los últimos meses del conflicto en busca
de un cobijo seguro, siempre bajo la amenaza de ser capturados por los
ejércitos napoleónicos. Estuvo en Anguita, Huertahernando, Canredondo y otras
muchas localidades del Alto Tajo hasta el final del conflicto, formando parte
de la nueva Junta Suprema de la provincia en el año 1813.
Con
motivo de la convocatoria de las elecciones para las Cortes de Cádiz que se
celebraron en 1810, fue designado diputado por la provincia de Guadalajara el
sacerdote Andrés Esteban Gómez, canónigo en Sigüenza. Impugnó su compañero en el cabildo Vicente García
Galiano este nombramiento por haber nacido aquél en el Señorío molinés, y más
concretamente en Alustante, por lo que no podía representar a la
circunscripción guadalajareña, que entonces no extendía sus límites hasta la
comarca molinesa, y porque la elección se había realizado de forma tramposa y
torticera a causa de los manejos del nuevo diputado. En 1812, el pleno de las
Cortes dio la razón a Vicente García Galiano.
Restablecida
en 1814 la monarquía de Fernando VII, Vicente García Galiano retornó a su labor
pastoral en Sigüenza; él y los demás colegiales de San Antonio de Portacoeli
solicitaron al rey, con fecha del 1 de junio de 1814, que se abriese de nuevo
la universidad eclesiástica seguntina. Aceptó el monarca la petición y el 6 de
septiembre de ese mismo año ratificó con su firma la bula que reabría ese
centro educativo. Sin embargo, las circunstancias habían cambiado y apenas pudo
desarrollar sus actividades con normalidad, por lo que en 1824 fue suprimida
definitivamente, ahora bajo el restaurado régimen absolutista, cierre que resultó definitivo en 1837 cuando abrió sus puertas el Instituto de segunda enseñanza de Guadalajara.
Fracasada
la revitalización de la Universidad de San Antonio de Portacoeli, Vicente García
Galiano volvió a ocupar la plaza de canónigo de la Catedral de Toledo que había
ganado el día 2 de octubre de 1815 y allí se trasladó, abandonando la provincia de Guadalajara,
por la que sería elegido diputado. En la sede episcopal toledana formó parte del Sínodo de examinadores para los curatos del arzobispado que se otorgaban por oposición.
Elección y actividad parlamentaria
Una
vez consolidado el régimen constitucional, en junio de 1820 se celebraron los
comicios para el Congreso de los Diputados con un sistema electoral indirecto.
La nueva Cámara contaba con la presencia de muchos diputados que habían ocupado un
escaño en las Cortes de Cádiz, pero no fue el caso de la circunscripción de
Guadalajara, pues los dos congresistas electos eran ajenos al parlamento
anterior. Sí es muy significativo que en esta ocasión dos de los tres diputados
electos fuesen clérigos, el canónigo Vicente García Galiano y, como suplente, el sacerdote
Anselmo Antonio Fernández, una presencia eclesiástica que ya se había conocido
en 1810 con los religiosos Andrés Esteban Gómez, diputado por Guadalajara, y
José de Roa y Fabián, diputado por Molina de Aragón y que se repetiría en 1822
con el presbítero Miguel de Atienza Gutiérrez. El otro diputado electo, el
abogado Ramón Mariano Martínez, falleció poco después de la elección, y fueron
esos dos sacerdotes los que representaron en el Congreso a la provincia
alcarreña.
De
hecho, en el acta de la elección correspondiente a los comicios de 1820 en la
provincia de Guadalajara, la relación de los electores que formaron la comisión
electoral y que eligieron a los nuevos diputados, de acuerdo al sufragio
indirecto entonces vigente, incluye al presbítero Fernando Romo, representante
por Molina de Aragón, al párroco de Alcocer Vicente Olivares, elector por
Pastrana, al cura de Sacecorbo Antonio Ibáñez, delegado por Cifuentes, y a
Justo de Gregorio García, sacerdote de Torrelaguna y elector por el partido
judicial de Buitrago. Sólo Ramón Mariano Martínez, abogado en Arbancón y
delegado por Cogolludo, y Fernando Casto Pérez, vecino de Usanos y elector por
Guadalajara, no pertenecían al ámbito eclesiástico; no es de extrañar que
este cuerpo electoral eligiese a un canónigo como primer diputado por la provincia.
Fue
denunciado al Congreso por algún elector de la provincia, que alegaba que los
miembros de la Junta Superior de Guadalajara de 1811 y 1813, entre los que se
encontraba Vicente García Galiano, habían apoyado la restauración del
absolutismo por parte de Fernando VII en 1814 y que personalmente había
criticado la Constitución de 1812, que inspiraba al nuevo gobierno. Iniciada
una investigación oficial por las Cortes, no pudieron encontrar en los archivos
del Estado ninguna prueba que ratificase esa acusación, por lo que se desestimó
la denuncia y el diputado electo pudo ocupar su lugar en la Cámara.
Vicente
García Galiano juró su cargo y tomó posesión de su escaño el 11 de julio de
1820 y falleció en Toledo el 22 de febrero de 1821 cuando aún ejercía como diputado. En
los pocos meses que ostentó la representación provincial no formó parte de
ninguna comisión parlamentaria y sólo intervino con ocasión del debate sobre la
contribución directa a la Hacienda pública.
JUAN
PABLO CALERO DELSO
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