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viernes, 14 de marzo de 2014

JUAN SOL Y ORTEGA

SOL Y ORTEGA, Juan
[Reus, 2 de diciembre de 1849 / Barcelona, 20 de agosto de 1913]

Juan Sol y Ortega nació en la localidad tarraconense de Reus el día 2 de diciembre de 1849 y falleció en Barcelona, a causa de un ataque al corazón, a las once y media de la noche del 20 de agosto de 1913.
Después de cursar los estudios de primera y segunda enseñanza, se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, donde alcanzó el grado de Licenciado. Se inscribió en los Colegios de Abogados de Barcelona y de Madrid, aunque el ejercicio de la abogacía nunca fue su principal ocupación; sin embargo, actuó como letrado en algunos casos que tuvieron amplia repercusión social, como la defensa de los anarquistas de Cullera en 1912, y perteneció a la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

Su acción política
Sintió temprana vocación por la acción política, que siempre llevó a cabo en las filas del republicanismo. Durante la Restauración, y desde un primer momento, militó en la corriente progresista que lideraba Manuel Ruiz Zorrilla desde su exilio parisino, y formó parte de su Comité Central. Ni el posterior acatamiento de la monarquía por algunos de sus compañeros de partido, como Cristino Martos o José Canalejas, ni la deserción de la facción posibilista de Emilio Castelar, que se integró en el Partido Fusionista Liberal, consiguieron mermar su lealtad a la República.
Sol y Ortega, en palabras de Tomás Maestre, “simboliza el clásico republicanismo español; es el año 1873, que aspira, pertinaz e inflexible, a continuar la Historia de España”. Por eso, no es de extrañar que mantuviese una marcada independencia política, y que siempre fuese más leal al viejo ideario republicano que a los grupos políticos en los que militó.
Afiliado al Partido Republicano Progresista, después de la muerte de Ruiz Zorrilla no dudó en incorporarse a Unión Republicana con Nicolás Salmerón, pero en 1907 se mostró contrario a la integración en Solidaridad Catalana, una alianza de todas las corrientes ideológicas que reconocían la personalidad política de Cataluña y que abarcaba desde los carlistas hasta los republicanos federales. A pesar de ser catalán y de que al bloque solidario se sumaron la mayoría de los republicanos, Juan Sol y Ortega se adhirió al Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux, enfrentándose a Nicolás Salmerón y a sus antiguos compañeros de filas.
Participó en distintas campañas políticas, en las que destacó como orador brillante y polemista temible: en 1899 contra el gobierno de Francisco Silvela, después de la pérdida de nuestra últimas colonias ultramarinas; en la primavera de 1909, junto con Benito Pérez Galdós, denunciando irregularidades en la administración del madrileño Canal de Isabel II en la llamada “campaña de la moralidad”; en el otoño de ese mismo año, en la censura al gabinete de Antonio Maura por la sangrienta represión de la Semana Trágica barcelonesa, encabezando en Madrid una multitudinaria manifestación con Benito Pérez Galdós, Rodrigo Soriano y Pablo Iglesias, que por primera vez concurría con los republicanos…
Precisamente, la Audiencia Territorial de Barcelona emitió un suplicatorio al Senado para juzgarle por la jurisdicción especial de guerra, por haber sido procesado en la causa que se seguía por el incendio del colegio de los Padres Jesuitas en la barcelonesa calle de Caspe durante la Semana Trágica, aunque poco después se le eximió de toda responsabilidad y participación en los hechos. Y lo mismo sucedió con dos procesos por delitos de opinión a raíz de sus palabras en un mitin y en la prensa durante esas jornadas revolucionarias, investigaciones judiciales de las que el diario ABC informó tendenciosamente para desprestigiarle.

Su actividad parlamentaria
En la Restauración, los grupos opuestos a la dinastía quedaron al margen de la participación política hasta el año 1881, pero él casi desde el principio formó parte de las instituciones monárquicas en representación de los republicanos barceloneses. Fue elegido concejal del Ayuntamiento de la Ciudad Condal en 1885 y reelegido en 1896, y ocupó un escaño en el Congreso de los Diputados por esa misma circunscripción en los comicios de 1893, 1898, 1899, 1907 y 1910.
Concurrió por primera vez a las elecciones celebradas el 5 de marzo de 1893, resultando elegido por un escaso margen de papeletas y sentándose en la Cámara Baja hasta el final de la legislatura, en julio de 1895. Volvió a conseguir el acta en los procesos electorales convocados para el 27 de marzo de 1898 y el 14 de abril de 1899, legislatura esta última que terminó el 24 de abril de 1901. En las siguientes elecciones legislativas, celebradas en 1901 y 1903, fue derrotado por la Lliga Regionalista y se quedó sin escaño.
El 5 de mayo de 1907 fue elegido senador por la provincia de Guadalajara; su elección fue resultado de un pacto entre las tres principales fuerzas políticas con presencia en tierras alcarreñas, que se repartieron amistosamente los escaños. Fueron elegidos el liberal Álvaro de Figueroa, que consiguió 407 votos; el republicano Juan Sol y Ortega y el conservador José María Sanz Albornoz, que obtuvieron 350 papeletas cada uno. Su elección, se debía tanto al amplio respaldo electoral de los republicanos guadalajareños como a la necesidad de Álvaro de Figueroa, conde de Romanones, de ganarse el apoyo de los republicanos para salvaguardar la hegemonía política que disfrutaba en la provincia y que en 1907 se veía amenazada por el gobierno que presidía el conservador Antonio Maura.
Al margen de las circunstancias de su elección, Sol y Ortega se interesó realmente por los problemas y las aspiraciones de los guadalajareños. En una ocasión hizo de intermediario para que se aceptase por el gobierno una petición del cura párroco de Tórtola y se le asignasen 5.000 pesetas para la reparación de la iglesia del pueblo. Finalmente, sólo se consignaron 2.500 pesetas, pero hubo muchos rumores y algunas críticas maledicentes hacia el párroco, por haber solicitado la intermediación de un republicano.
Pero su paso por la Cámara Alta se vio trastornado por la elección parcial que hubo que convocar el 13 de diciembre de 1908 en el distrito de Barcelona a causa de haberse cumplido el plazo reglamentario sin que presentase su credencial el diputado electo Francesc Maciá Llusá, entonces teniente coronel del ejército y, más tarde, primer presidente de la restaurada Generalitat de Catalunya. Completado el nuevo proceso electoral, Juan Sol y Ortega ocupó el escaño en disputa, debilitando de ese modo a Solidaridad Catalana que había ganado por amplísima mayoría los comicios en abril de 1907. Se incorporó al Congreso el 16 de febrero de 1909 y permaneció en su puesto hasta el cierre de la legislatura, en abril de 1910. En las elecciones celebradas en mayo de ese año ganó tres actas de diputado, por los distritos de Barcelona, Santa Cruz de Tenerife y Málaga. En el sorteo celebrado en la Cámara Baja, le correspondió la representación por la ciudad de Málaga, siendo sustituido en el escaño de la ciudad canaria por Alfredo Vicenti Rey.
En el momento de su muerte era diputado por Málaga y aunque para ABC, según publicó al dar la noticia de su fallecimiento, era “una de las personalidades más salientes de la extrema izquierda española”, esta adscripción tan inexacta como gratuita decía más de la posición política del diario monárquico que del ideario del Juan Sol y Ortega.
Después de su muerte, se puso su nombre a algunas calles de ciudades catalanas, como por ejemplo Cornellá de Llobregat.
JUAN PABLO CALERO DELSO

2 comentarios:

  1. Interesante. En Santa Cruz de Tenerife también se le puso una calle y muy céntrica la cual duró sólo un par de décadas. Estoy buscando si hizo algo por esta ciudad pero no veo nada

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  2. En San Cristóbal de La Laguna tiene una calle muy céntrica a su nombre.Descozco el motivo.Salvo que fue diputado por la provincia de Santa Cruz de Tenerife.

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