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domingo, 16 de diciembre de 2018

MANUEL SANZ BENITO

SANZ BENITO, Manuel
[Madrid, 15 de febrero de 1860 / 12 de julio de 1911]

Manuel Sanz Benito nació en Madrid el 15 de febrero de 1860 y falleció tempranamente en la misma ciudad el 12 de julio de 1911. Su padre, Santiago Sanz, pertenecía al Cuerpo de Topógrafos del Instituto Geográfico y Estadístico, y su familia le acompañó en sus diferentes destinos: pueblos de Segovia y Cuenca, Alcalá de Henares, donde Manuel estudió los dos primeros cursos del Bachillerato, y de vuelta a Madrid, al piso Principal Derecha del número 24 de la céntrica calle de San Vicente Ferrer, muy cerca del caserón universitario de la calle de San Bernardo. Sabemos que contrajo matrimonio y que no tuvo hijos.
Completó su Bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid y cursó estudios en la Universidad Central madrileña; tanto en la Facultad de Ciencias como en la de Filosofía y Letras, alcanzando en 1881 el grado de doctor con una Tesis titulada "Importancia del estudio de la colonización en la historia humana", que obtuvo por unanimidad el Premio Extraordinario. Durante su juventud en Madrid trabajó como tipógrafo, llegando a ser suplente en el Senado, y fue profesor y director de estudios del Fomento de las Artes, una asociación popular y progresista que “era el punto de reunión de los elementos liberales ilustrados de Madrid. Todo liberal de la categoría de burgués de poco pelo o trabajador, capaz de sustraerse a la sugestiva y predominante influencia de la taberna, era socio del Fomento”, según testimonio de Anselmo Lorenzo. Completó su formación en la Escuela Diplomática madrileña.
Una vez concluidos sus estudios, en el mes de diciembre de 1880 fue nombrado catedrático sustituto de Historia y civilización de las posesiones inglesas y holandesas en Asia y Oceanía de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid, sustituyendo a Eduardo Infante, con un sueldo de 2.000 pesetas anuales. Pero en febrero de 1881 el titular de la cátedra, Joaquín Maldonado Macanaz, regresó al aula, cesando Manuel Sanz Benito en sus funciones. A pesar de la brevedad de este primer paso por la Universidad Central, con el tiempo será uno de los intelectuales más destacados en la España del cambio de siglo. Influido por el krausismo, fue también un destacado seguidor del espiritismo, considerando, como dijo Manuel González Soriano, que “el espiritismo es la filosofía”. Políticamente, se adhirió al Partido Republicano Centralista de Nicolás Salmerón.

Manuel Sanz Benito en Guadalajara
En el año 1882 se presentó a la oposición para la cátedra de Psicología, Lógica y Ética en el Instituto de Lugo, aprobando y ocupando la plaza de catedrático en 1883, residiendo en la ciudad lucense durante tres años. En noviembre de 1886 el profesor Luis Rodríguez Miguel cesó en el Instituto de Guadalajara, siendo sustituido en la cátedra por el profesor Manuel Sanz Benito, que la ocupó hasta que, en marzo de 1893, consiguió por oposición la cátedra de Metafísica de la Universidad de Barcelona.
En los siete años que estuvo en tierras alcarreñas Sanz Benito desarrolló una actividad cultural que dejó huella en nuestra ciudad; no por casualidad había sido director de estudios del Fomento de las Artes madrileño y miembro de la Junta Directiva de la Liga madrileña contra la ignorancia. Fue socio destacado del Ateneo Caracense, siendo elegido presidente de su Segunda Sección en 1899 y llegando a presidir la institución en 1891, inaugurando ese curso con una conferencia sobre “La libertad y el determinismo”, y fue director de la Revista del Ateneo Escolar, la publicación que, con distintas cabeceras, difundió el espíritu y las actividades de los ateneístas alcarreños hasta la desaparición del centro, absorbido por el Ateneo Instructivo del Obrero. También, como nos cuenta Juan Diges Antón, concurría a la tertulia volapukista que se reunía en la rebotica de la farmacia de Francisco Fernández Iparraguirre y fue colaborador habitual de su revista El Volapük. En 1892, y por ser director del Ateneo Caracense, perteneció a la Junta promotora de la tienda-sailo, nacida por iniciativa del Ayuntamiento de la capital alcarreña.
Además, fue el promotor de La Caridad Escolar, una sociedad benéfica fundada en 1889 en el despacho del entonces gobernador civil de la provincia, Gregorio de Mijares Sobrino, por iniciativa de Sanz Benito, que fue su primer vicepresidente, ocupando la presidencia Julián Jimeno, director de la Escuela Normal de Magisterio. Cada socio pagaba una cuota mensual que oscilaba entre uno y cuatro reales, a excepción de la condesa de la Vega del Pozo que realizaba una aportación mensual de quince pesetas, y también disponía de cajas para recolectar limosnas en todas las escuelas de la ciudad excitando la caridad en los niños, a los que se les pedía que aportasen 5 ó 10 céntimos para ayudar a sus compañeros necesitados, y en contadas ocasiones obtenía fondos por medio de alguna función teatral benéfica.
El objetivo de La Caridad Escolar era proporcionar vestido y calzado a los alumnos de las escuelas de Guadalajara que fuesen hijos de familias trabajadoras de la ciudad y que se distinguiesen por su aplicación al estudio y su conducta ejemplar. El número de niños asistidos por esta sociedad caritativa osciló entre 20 y 60 durante la última década del siglo XIX, aunque los años en los que descendía la cifra de vecinos auxiliados se debía a la entrega más abundante de bonos de pan. Manuel Sanz Benito sostenía, en El Eco de Guadalajara del 30 de junio de 1889, que se debería procurar que “la caridad descendiese un poco del alto pedestal en que, como virtud, se la había puesto, para colocarla en la modesta categoría del deber, haciendo comprender al niño la obligación moral que tiene de socorrer en lo posible a sus compañeros”.
Catedrático krausista y espiritista
Aunque su primer artículo, titulado "El cielo", lo publicó en el diario El Globo en 1877, fue durante los años que estuvo en Guadalajara cuando se convirtió en uno de los principales defensores del espiritismo en España, asistiendo a sus congresos, publicando distintos textos y colaborando estrechamente en El Criterio Espiritista y la Revista de Estudios Psicológicos con Enrique Pastor Bedoya, tan relacionado con la provincia de Guadalajara. En 1888 fue secretario del Congreso Espiritista Internacional celebrado en Barcelona con motivo de la Exposición Universal de ese año y en 1889 asistió al congreso Espiritista Internacional que se celebró en París con idéntico motivo, impartiendo una conferencia con el título “Le spiritualisme philosophique”, que más tarde fue impresa en Valladolid en francés, idioma del que había sido profesor. En 1892 participó asimismo en el Congreso Espiritista de Madrid.
Su orientación krausista y espiritista, y su participación en algún mitin republicano, le granjeó la oposición de la Iglesia Católica y de los estudiantes carlistas de la Universidad de Barcelona, que hicieron todo lo posible por impedirle que ocupase su cátedra o por sustraerle el mayor número posible de alumnos. A su llegada se produjeron graves disturbios en los que los estudiantes liberales, que eran mayoría en la Universidad barcelonesa, salieron en su apoyo, hasta que carlistas armados ajenos al centro docente y seminaristas católicos asaltaron los edificios universitarios; gravísimos acontecimientos que limitaban por la fuerza la libertad de cátedra que poco antes se negaba en las leyes y que ahora los sectores más integristas del catolicismo querían impedir con la violencia.
Sin el apoyo de la mayoría del claustro docente universitario y acosado por los católicos, en enero de 1894 el profesor Sanz Benito permutó su cátedra barcelonesa por la que disfrutaba en Valladolid el también catedrático José Daurella Rull, mucho más complaciente con el integrismo católico, renunciando a una plaza de superior categoría, víctima de la intolerancia católica. En la Universidad vallisoletana fue decano de la Facultad de Filosofía y Letras y rector interino. El 9 de noviembre de 1903 fue nombrado en comisión de servicios para ampliar estudios en el extranjero, publicando sus conclusiones en la Gaceta de Madrid en 1905.
Durante sus años en Valladolid dio a la imprenta su libro La Psiquis, en el año 1900, y varios textos y conferencias que aún tenía inéditos, como la conferencia “Filosofía popular”, pronunciada en el Fomento de las Artes de Madrid, la ya citada del Ateneo Caracense o “Propedéutica lógica”, entre otras. También dio a la imprenta innumerables artículos en revistas espiritistas (La Irradiación...) y culturales a lo largo de más de cuatro décadas de colaboraciones periodísticas.
En 1909 obtuvo la Cátedra de Metafísica en la Universidad Central de Madrid y en febrero de 1910 accedió a la de Lógica Fundamental en la misma universidad, pero falleció al año siguiente y fue enterrado en el Cementerio Civil de la capital del reino. Julián Besteiro tomó su relevo en la cátedra universitaria de Lógica.
Fue delegado en el Congreso Internacional de la Paz de Roma en 1891en representación de la Liga Internacional de la Paz y Fraternidad de los Pueblos de Barcelona, vocal por Guadalajara en la Exposición de Artes Industriales de Barcelona de 1892 y participó en distintos congresos de carácter cultural y pedagógico. 
JUAN PABLO CALERO DELSO

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