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domingo, 21 de enero de 2018

VALENTÍN ACEVEDO CALLEJA

ACEVEDO CALLEJA, Valentín
[Uceda, 14 de febrero de 1849 / Oviedo, junio de 1931]

Valentín Acevedo Calleja, también escrito Acebedo, nació en Uceda, un pueblo de la comarca de La Campiña en la provincia de Guadalajara, el día 14 de febrero de 1849 y falleció en Oviedo en el mes de junio de 1931. Era hijo de Felipe Acevedo Acevedo, muerto en 1882, y de Petra Calleja Acevedo, que había fallecido un año antes que su marido. El matrimonio tuvo otros cinco hijos: María de la Paz, Constanza, Dorotea, Gerónima y Eugenio, que durante muchos años fue Inspector veterinario en su Uceda natal.
Valentín contrajo matrimonio con Olimpia Agostí, que había nacido en 1847 y que falleció en 1893; heredera de una familia de tradición liberal y originaria del Piamonte italiano que se asentó en España durante la invasión napoleónica. La pareja tuvo cinco hijos: Emma Acevedo Agostí, que nació en 1878 y murió en 1967; Olimpia, nacida en 1880 y fallecida en 1970; Esther, que vino al mundo en 1882 y murió en 1951; Valentín, que nació en 1884 y falleció en 1925; y Pilar, que vio la luz en 1887. Se cuenta que durante su estancia en la capital leonesa se decía: “Tres cosas hay en León que no hay en el mundo entero / La Catedral, San Isidoro y las hijas de Acevedo”.
Trasladado a Madrid, Valentín Acevedo Calleja cursó en el Instituto de Noviciado todas las asignaturas exigidas para alcanzar el título de Bachiller en Artes desde septiembre de 1861 hasta junio de 1866. Fue entonces, cuando se matriculó en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central madrileña, y ganó el título de Bachiller en 1869 y el de Licenciado en Ciencias Físicas en el año 1870. Poco después, inició la carrera de Derecho en esta misma Universidad, aunque interrumpió sus estudios y solo los completó en la Universidad de Oviedo, mereciendo en 1882 el título de Licenciado en Derecho.

Su actividad docente
Preparó las oposiciones para profesor de Enseñanza Secundaria en aquel agitado período del Sexenio Revolucionario, y el 23 de agosto de 1876 ganó por oposición la cátedra de Física y Química en el Instituto de segunda enseñanza de Ponferrada, donde ocupó el cargo de vicedirector. El 18 de noviembre de 1880 obtuvo el traslado a la cátedra de la misma asignatura en la ciudad de Vitoria, donde inició sus clases el 17 de enero de 1881, consiguiendo una permuta el día 4 de febrero de ese mismo año, impartiendo su última clase en el liceo vitoriano el 19 de marzo de 1881, para incorporarse a idéntica plaza en el Instituto de la ciudad de León.
En este centro educativo de la capital leonesa permaneció unos veinte años; fue Secretario del centro en los cursos 1884-1885 y 1885-1886, y así se recoge en las Memorias del Instituto que él elaboró y que se publicaron por entonces. En marzo de 1882 la Diputación Provincial le encargó que montase una estación meteorológica en la capital provincial, de la que fue responsable hasta el año 1892, cuando la Diputación decidió dejar de remunerar esa responsabilidad. Entre los años 1883 y 1886 publicó Valentín Acevedo unos interesantes libritos con todas las anotaciones de los datos climáticos de la estación; después, esos datos se incluían como un anexo en las Memorias del instituto leonés. También formó parte, en función de su cargo en el Instituto, de la Comisión de Estadística de la provincia leonesa.
Por razones que nos son desconocidas, a partir de 1898 mostró su más firme deseo de abandonar la provincia de León y trasladarse al Instituto de otra localidad, aún cambiando de asignatura. Así, en julio de ese año concursó para una Cátedra de Física y Química del Instituto de Zaragoza, que no obtuvo y en diciembre del mismo año lo hizo para la de Historia Natural del centro de segunda enseñanza de Guadalajara, que tampoco le fue adjudicada.
Finalmente, se le concedió para el curso de 1902-1903 el traslado al Instituto de Bachillerato de Oviedo, ocupando en ese centro educativo la Cátedra de Matemáticas; en los últimos años compartía la docencia de la asignatura con el profesor Rogelio Masip Pueyo, que fue su yerno por contraer matrimonio con su hija Emma, y en cuyo domicilio familiar del número 23 de la calle de Uría pasó los últimos años de su vida. En este Instituto ovetense de segunda enseñanza impartió clases el resto de su carrera profesional, y en 1911 fue nombrado su subdirector y permaneció en ese cargo hasta su jubilación en 1919.
Fue un hombre culto y amante de los libros, participando en 1905 en la Exposición Asturiana de ediciones de El Quijote con un ejemplar de su tercera edición salido de la imprenta de Ibarra; de ideas avanzadas y muy influido por el ambiente krausista, sobre todo durante sus años en Asturias, donde esta corriente de pensamiento estaba muy arraigada, y de convicción republicana, recordando su familia que la última vez que salió de casa fue el 12 de abril de 1931 para depositar su voto en las elecciones municipales que trajeron la Segunda República. No es de extrañar que desde la capital ovetense firmase en 1917 un manifiesto de apoyo a Julián Besteiro, catedrático de Lógica de la Universidad Central, encarcelado en el penal de Cartagena por formar parte del Comité de Huelga de la UGT en el paro general de 1917. Es digno de reseñar que tanto su nieto, Valentín Masip Acevedo, como su bisnieto, Antonio Masip, fuesen alcaldes de la capital asturiana.
Durante su etapa como catedrático de Bachillerato, tanto en León como en Oviedo, fue requerido en repetidas ocasiones para formar parte, como vocal o como presidente, de los tribunales de oposición para maestros y catedráticos de Bachillerato. En los últimos años su salud se resintió y solicitó licencia para ausentarse del aula y recuperarse, permiso que le fue concedido. Finalmente, se jubiló por haber cumplido la edad reglamentaria el 28 de marzo de 1919, cuando ocupaba el sexto puesto en el escalafón general de profesores de Instituto de España.
JUAN PABLO CALERO DELSO

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